La experiencia piloto se enmarca dentro de un plan que las autoridades de Islas Baleares solicitaron al Gobierno de España para ensayar la apertura general de fronteras prevista para el 1 de julio. El objetivo es reactivar el turismo en el archipiélago, el cual no reporta ninguna víctima mortal por COVID-19 desde hace días.
Los protocolos de actuación ante la llegada de los turistas (medición de temperatura, cuestionario) y durante su hospedaje (seguimiento telefónico) buscan garantizar una estancia libre de riesgos de contagio en todo momento, la cual habrá de redundar en una imagen positiva de cara a los mercados internacionales del sector turístico y obrar la afluencia de más turistas a partir del 1 de julio. En este punto, muchos se preguntan si esa buena imagen exterior puede conseguirse a cuenta de menoscabar la confianza en el turismo interior, pues son numerosas las voces que demandan su potenciación en estos tiempos.
Mallorca acogerá a la mayoría de estos primeros turistas. A tal fin allí se habilitarán cuatro establecimientos hoteleros entre el 16 y 30 de junio, dos de ellos en Palma (el Cristina, de la cadena Iberostar, y el Playa Park o el Concordia, de Riu). Se da la circunstancia de que el Concordia plantea ocupar no más del 50% de sus plazas durante este año. Otros dos hoteles, de las cadenas Viva y Garden, acogerán a turistas alemanes en Alcudia. Las islas de Menorca, Ibiza y Formentera habilitarán un hotel cada una.
El motivo del plan piloto
La razón por la que el Govern balear ha elegido a Alemania como el país de procedencia de turistas para esta experiencia piloto, es sencilla: históricamente, es la principal fuente emisora de turistas a estas islas.
Por otra parte, la incidencia de la pandemia en el país teutón arroja datos epidemiológicos similares a los registrados en Baleares, donde hasta la fecha se contabilizan sólo 226 fallecidos entre una población total de algo más de 1,1 millones de habitantes. Y si Alemania es un país cuyas cifras de incidencia del virus son parejas a las locales, no sucede otro tanto con las de Reino Unido, cuyos turistas conforman el otro gran flujo vacacional que habitualmente reciben las islas. Las estadísticas británicas, tanto de contagios como de mortalidad, son muy superiores a la del archipiélago balear, por lo que su opción para integrar la experiencia piloto quedó descartada de inicio.
Su rastreo y estancia
Los cuestionarios de obligado relleno a la llegada de los turistas a los aeropuertos tienen como objetivo la recogida de cuantos más datos mejor sobre su localización en todo momento durante su estancia.
Por otra parte, los paquetes turísticos comercializados en Alemania incluyen un mínimo de cinco pernoctaciones y se han vendido por un valor que oscila entre los 600 y los 1.000 euros semanales. El gremio hotelero mallorquín, en conjunción con los touroperadores germanos, ha sido decisivo para avanzar en la propuesta, que ya cuenta con el visto bueno del Gobierno español y su Ministerio de Sanidad.