"En un momento en que América Latina está emergiendo como el nuevo epicentro de la pandemia de la COVID-19, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte sobre el deterioro de las condiciones para los venezolanos desplazados en la región sur del continente a medida que se acerque el invierno", dice el comunicado.
La nota señala que "además de los riesgos para la salud, las medidas de confinamiento y cuarentena relacionadas con la COVID-19 ya han generado graves dificultades para los refugiados y migrantes venezolanos".
"Muchos han perdido sus medios de vida y hacen frente ahora a la pobreza, la miseria, desalojos, hambre generalizada e inseguridad alimentaria, así como a mayores riesgos en materia de protección", constata.
El texto apunta que las capacidades nacionales de garantizar el acceso a servicios sanitarios y atención médica "están llegando a su límite", y los principales afectados por ello son aquellos "en situación irregular".
La Agencia de la ONU para los Refugiados advirtió que la temporada invernal "hará aumentar considerablemente la necesidad de asistencia humanitaria y médica, como por ejemplo para los casos de enfermedades respiratorias, como la gripe".
"ACNUR prevé que aumente el número de personas que necesitarán alojamiento de emergencia y materiales para protegerse del invierno como mantas, ropa de abrigo, medicamentos y combustible para calentar sus hogares", indicó.