"Las variables más importantes que explican esta situación son la caída del precio de la mezcla mexicana de exportación; menores precios de referencia de gasolinas y diésel", explicó la compañía petrolera en un informe a los inversionistas.
El informe de la compañía, que encabeza Octavio Romero Oropeza, esgrime además "la disminución en volúmenes de ventas nacionales y de exportación provocados por las medidas de confinamiento para reducir el impacto de la pandemia del COVID-19".
Las pérdidas de Pemex ya rebasan su presupuesto asignado para 2020, que asciende a 523.400 millones de pesos (unos 21.800 millones de dólares), según los criterios de política económica de la secretaría federal de Hacienda.
Pérdidas crecientes
Las pérdidas durante el primer trimestre de este año superan por mucho a las sufridas en el mismo lapso del año pasado, cuando la petrolera perdió casi 1.500 millones de dólares, 15 veces menos.
La pandemia ya minó las finanzas de la petrolera en dos rubros:
- Padece un derrumbe de sus exportaciones y en las ventas internas de refinados;
- La depreciación del peso frente al dólar.
Los ingresos de la compañía se redujeron en poco más de 20% en el mencionado periodo, y las exportaciones bajaron en 19%.
La dirección de la petrolera, una de las más endeudadas del mundo, argumenta que el peso mexicano también sufrió en ese trimestre una depreciación frente al dólar estadounidense de más de 27%.
Esta depreciación le generó a Pemex una "pérdida cambiaria" que ascendió por casi 20.000 millones de dólares.
No obstante, la pérdida en el saldo cambiario "no pone en duda la viabilidad económica de la empresa", dice el informe del director corporativo de finanzas de la compañía, Alberto Velázquez.
Pemex asegura que la compañía tiene una rentabilidad promedio, equiparable a los balances financieros de petroleras internacionales, que también sufren por el derrumbe de los precios del crudo.
La petrolera confirmó que continuará con su estrategia de aumentar su producción, a pesar de que el mercado mundial está saturado, con enormes excedentes y sin capacidad de almacenar más, ante el colapso de la demanda por la reducción de la actividad económica global.
Con el fin de asegurar su "soberanía energética", la segunda pieza clave de los planes de Pemex es aumentar la refinación a toda su producción, para dejar de exportar crudo.
La producción mexicana de crudo, con Pemex a la cabeza, alcanzó en marzo pasado su nivel más alto en 18 meses, con 1,75 millones de barriles diarios, según la estatal Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Las exportaciones mexicanas fueron de 1,2 millones de barriles diarios en enero de 2020.
El Gobierno busca:
- Mejorar la capacidad de refinación;
- Construir una nueva refinería en el puerto de Dos Bocas por 8.000 millones de dólares;
- Procesar toda su producción;
- Evitar la importación del 70% de las gasolinas consumidas en el mercado interno.