Durante su reciente conferencia de prensa celebrada el 18 de abril el mandatario norteamericano reiteró la disposición de EEUU a prestar la ayuda a Teherán para luchar contra el brote del coronavirus en el país, e hizo las siguientes declaraciones:
"Si Irán necesita ayuda en esto, estaría dispuesto a hacer algo, si quieren, si piden. (...) Si necesitan ayuda, si necesitan aparatos de ventilación asistida, tenemos miles de estos aparatos, y otros tantos se están produciendo (...) ¿Qué es lo que tienen que hacer ellos? Ser inteligentes y aceptar un trato", declaró.
El ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, no tardó en responder al presidente de EEUU y afirmó que su país no necesita aparatos de ventilación asistida. Asimismo, aseveró que Irán va a exportar los ventiladores en cuestión de varios meses. En su tuit el canciller persa instó a Trump a dejar de intervenir en los asuntos de otras naciones, especialmente Irán, escribió.
"Los estadounidenses hasta ahora en varias ocasiones han dicho que están dispuestos a proporcionarnos ayuda sanitaria. No dejan de ser declaraciones sorprendentes. (...) Están sufriendo de escasez. Si tienen algo, úsenlo ustedes mismos", destacó.
Entonces surge la pregunta ¿quién necesita más ayuda: Irán o Estados Unidos?
Panorama epidemiológico
En las últimas semanas en Irán se observa la tendencia hacia la disminución de la cantidad de nuevos casos. De acuerdo con la estadística oficial, el número de infectados alcanzó el pico el 30 de marzo cuando se registraron 3.186 casos. A partir de entonces el número de nuevos casos registrados diariamente se va reduciendo.
En Estados Unidos están los que acusan a Teherán de ocultar los datos reales y aseveran que la situación es mucho peor y contrasta drásticamente con la información que proporciona el Gobierno persa. Esta es una de las razones por las que Washington cree que el país persa necesita su ayuda desesperadamente y no tiene otra opción que aceptarla.
Entretanto, Estados Unidos de verdad se encuentra al borde del precipicio por la difícil situación en el país provocada por el brote del nuevo coronavirus. Cerca de 765.000 individuos en Estados Unidos han sido contagiados con el COVID-19, más de 40.000 de ellos fallecieron y otros 71.000 se han recuperado completamente.
De ahí se puede deducir que la situación en Estados Unidos es mucho más grave que la de Irán y el que de verdad necesita ayuda es EEUU. A diferencia de países como Rusia e Irán, Estados Unidos tardó demasiado en aplicar las medidas necesarias para contener la propagación de la enfermedad y ahora tiene que lidiar con las consecuencias. En su lugar, la Administración Trump está más concentrada en la política exterior.
La descarada política de Trump
En esta situación tan complicada cuando el país necesita todos los recursos disponibles para frenar el brote del COVID-19, Trump piensa menos en el bienestar de su propia población y más en el regateo —o incluso en el chantaje— para conseguir sus propias metas en política exterior.
En estas condiciones lo último que debe preocupar al líder de la nación es el regateo con sus adversarios, como por ejemplo Irán. Si Trump hubiera ofrecido la ayuda incondicional, esto tendría más sentido, pero sus intentos de sacar ventaja de esta situación parecen nada más que ruines.
Aquí hay un momento importante que hay que recordar: la condición de Trump de firmar el trato es despreciable teniendo en cuenta que su Administración fue la que salió del tratado nuclear iraní firmado en 2015 por el Grupo 5+1. Seguramente Estados Unidos busca firmar el nuevo acuerdo en sus propios términos, algo que el país persa no va a aceptar.
Además, Washington ahora no está en condiciones de dictar las reglas de juego.
Para negociar, Estados Unidos tendría que levantar el régimen de sanciones, esta es la principal condición de Irán. Pero no parece que la Administración estadounidense esté dispuesta a mantener ningún tipo de conversación ahora mismo.
La parte norteamericana lo justificó al aseverar que Teherán dispone de la cantidad suficiente de dinero para combatir la propagación del virus. Y aquí es precisamente donde está la hipocresía de Estados Unidos que no levanta sanciones, impide la asignación del préstamo a Irán y luego le ofrece ayuda en sus propias condiciones. Sin embargo, tal enfoque por parte de Trump no es de sorprender: el regateo y el chantaje son las dos cosas que se le dan bien.