La sociedad argentina ya cumple un mes desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio decretado por el Gobierno de Alberto Fernández para evitar el contagio masivo del virus SARS-CoV-2 en el país. El encierro empieza a mostrar sus efectos.
"Encontramos que hay una disminución en el ánimo social cercana al 30 %, que lo interpretamos como un desgaste propio de la situación atípica y extraordinaria que estamos viviendo y la incertidumbre que se genera hacia el futuro", dijo a Sputnik Manuel Zunino, sociólogo y docente que encabezó el trabajo.
Mientras en el estudio anterior 80,6 % de los encuestados había respondido que su estado de ánimo era "muy bueno" o "bueno", en el último sondeo este porcentaje cayó a 50,2 %, pero creció más que nada la respuesta "regular" y con menor medida las percepciones "mal" y "muy mal".
"El trabajo mostró que los más afectados emocionalmente por la circunstancia son los menores de 24 años, más necesitados de vida social activa en exteriores, y los mayores de 65, más preocupados por su salud personal por ser población de riesgo", explicó en consultor.
Por otro lado, hay una relación entre desánimo y situación económica familiar: solo 5 % de los encuestados respondió que la cuarentena no los afecta económicamente, mientras que 37,4 % dijo que los afecta mucho.
A pesar de todo, 82,1 % de los consultados dijo estar de acuerdo con que el Gobierno haya prolongado el aislamiento, 75,2 % aprueba la gestión nacional sobre la pandemia y 94,3 % valora el rol del Estado, lo que demuestra un alto grado de acatamiento.
"Siguen predominando las preocupaciones de la salud sobre las económicas y hay una coincidencia entre la prioridad que manifiestan las personas y la percepción de la agenda del Gobierno", comentó Zunino.