Y es que los facultativos se enfrentan día a día a la enfermedad. Un virus muy contagioso y con el que tienen que extremar las precauciones. Para ello necesitan material de todo tipo, desde guantes y mascarillas hasta Equipos de Protección Individual (EPI). Recursos que muchas veces escasean y dejan a los sanitarios desprotegidos. Comienzan a ser habituales las imágenes de sanitarios trabajando sin la indumentaria adecuada, lo que incrementa las posibilidades de contagio.
En este centro del sur de Madrid los enfermeros han tenido que recurrir al ingenio para enfrentarse al coronavirus. Con chubasqueros, bolsas de plástico y esparadrapo, los sanitarios de Getafe improvisan un EPI para enfrentarse al patógeno, que el 30 de marzo ya había infectado a más de 12.000 trabajadores de hospitales y centros médicos.
Y no es el único caso de 'autofabricación' de material. En Baleares, algunos sanitarios hacen pantallas de protección con portafolios de plástico. En los hospitales de Soria y Talavera de la Reina han creado EPI a partir de bolsas de basura. Ideas que se unen al uso de guantes de fregar y gorros de ducha, las mascarillas caseras o a la reutilización del escaso material médico que tienen. Es el caso del centro de salud de la localidad valenciana de Ribarroja, donde esterilizan batas desechables y mascarillas a 121ºC durante 60 minutos.
Situación que se extrapola a las residencias de ancianos. En algunas, como las de Meixoeiro, en Vigo, el personal está fabricando equipos de protección con papel de horno, manteles, bolsas de plástico y hules para mascarillas.
Situación límite
No obstante, esto solo son parches ante la falta de material, que es lo que reclaman a toda costa los sanitarios. "Los estamos mandando sin armas a una guerra", fueron las palabras que utilizó el presidente del sector de Sanidad de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, Miguel Borra, para definir el escenario actual.
Motivo por el que el sindicato ha presentado una denuncia en el Tribunal Supremo contra el ministro de Sanidad, Salvador Illa. El principal sindicato de trabajadores del sector público considera que "la falta de previsión y las insuficientes medidas de protección" con las que cuentan los profesionales del Sistema Nacional de Salud en la gestión de la pandemia de coronavirus, podrían ser constitutivas de un delito contra los trabajadores sanitarios.
Una escasez de material que agrava las condiciones de trabajo de los facultativos, que en algunos hospitales también piden que se puedan distribuir los contagiados por coronavirus entre las distintas comunidades. De esta forma, se podrían despejar las saturadas UCI de regiones como la Comunidad de Madrid, donde la falta de camas es tan evidente, como la de material médico.