El metal rojo, fundamental en la transmisión de energía, se ha convertido en el principal producto chileno de exportación, concentrando casi el 50 % de sus envíos y China es su principal comprador.
"La transmisión del coronavirus se da a través de los sistemas productivos, en China se debieron cerrar diversas fábricas manufactureras asociadas a la industria automotriz y electrónica, empresas que demandan materias primas, entre ellas el cobre. A medida que la producción disminuye afecta la demanda de materias primas generando impactos negativos en sus precios", señaló a Sputnik Roberto Contreras, doctor en Economía Industrial de la Universidad Jaume I de España y académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana de Santiago.
El Índice de vulnerabilidad que construyeron en su informe los economistas de Citibank frente al COVID-19, que considera el crecimiento económico, las cadenas de suministro, las materias primas y los riesgos de volatilidad del mercado externo, señala que la confianza iría a la baja hacia los países con libre mercado como Chile, Perú y Brasil.
En Goldman Sachs, de la Cámara Chileno Americana de Comercio, calculan que una caída de 10 % en el precio de las materias primas reduciría cerca de 1,3 puntos porcentuales el PIB de Chile.
"La economía chilena no está ajena a esta contingencia, es una economía pequeña y abierta al mundo, que además está enfrentado una crisis particular en su sistema político y social. Es probable que tengamos un crecimiento nulo o incluso negativo este año, afectando fuertemente el empleo que, debido a la fuerte migración, tenemos una masa laboral más grande", precisa Contreras.
El jueves negro de las bolsas
El jueves negro, cuando el coronavirus infectó los mercados que cayeron a nivel mundial, Chile no fue la excepción: el IPS cayó un 6,33 %, la mayor baja diaria en 9 años.
Estas bajas de las bolsas son la reacción de los inversionistas a la posibilidad de una recesión a nivel mundial.
El paso a la fase 4 de la pandemia refuerza el cierre de negocios, la suspensión de vuelos, la implementación de cuarentenas y la obvia baja del turismo, lo que impacta más aún a la economía. "Esto hoy día podría ser tanto o peor que la crisis financiera global" señaló a la prensa el expresidente del banco central de Chile, José de Gregorio.
Esta crisis financiera, para Álvarez, no es motivo para cerrar la bolsa de Santiago. "Creo que no es necesario. Además las bolsas se cierran cuando hay una crisis generalizada y están cayendo los precios de una manera brutal y eso podría generar un cierre temporal. Pero, así como se ve, yo creo que no y de extenderse todo este problema, los cierres de bolsa son bastante improbables", destacó, y llamó a "tomárselo con más calma que con nerviosismo".
El valor de la divisa
La semana pasada el petróleo perdió una cuarta parte de su valor, mismo escenario para el cobre que se situó en 250,9 dólares por libra, lo que representa una caída de 1,7 % respecto del viernes anterior.
Para los especialistas es una caída controlable, aunque sí puede afectar el tipo de cambio, como se vio durante la semana al lograr un máximo histórico de 855 pesos por dólar, considerando que el precio promedio del 2019 fue de 728 pesos.
La subida del dólar también afecta en el alza de los precios, debido al aumento de los costos de los productos importados, puesto que prácticamente la mitad de los bienes que los chilenos consumen son importados.
Un efecto dominó que también repercute en el alza de la Unidad de Fomento (unidad monetaria de cuenta usada en Chile, reajustable de acuerdo con la inflación), pues al aumentar también lo hacen las deudas.
¿Qué se viene?
Lo que queda claro es que la llegada del coronavirus ha impactado la actividad económica y los empleos, debido a la baja de la producción y a una suerte de congelación de la misma, escenario del que es prematuro proyectar sus reales dimensiones.
"Es difícil prever el impacto económico, porque es una epidemia bastante nueva que no se conoce. Lo importante acá es que se tomen las medidas preventivas para minimizar el impacto porque puede ser bastante considerable, señala Álvarez, quien igualmente mantiene cierto grado de optimismo.
"Incluso con todo lo que pasó en el año pasado y con algunos escenarios catastróficos que se dan, se supone que la economía chilena va a crecer un poco este año", destaca Álvarez, quien considera que "hay que tomárselo con calma, ser bien responsables, pero no alentar la incertidumbre o con anuncios catastróficos, porque está previsto que el crecimiento, puede llegar al 1 %, pero aún es un escenario bastante malo. Hay que tener confianza", concluye.