Según un comunicado de la policía, policías submarinistas de la Coordinadora de Recursos Especiales (Core) "inspeccionaron 27 cisternas en un edificio de Jacarepaguá (zona oeste de Río de Janeiro), pero el arma no fue encontrada".
Durante la acción policial, se incautaron municiones, un cargador de pistola y un vehículo de lujo, aunque la Policía Civil no informó de a quién pertenecerían ni si trabaja con nuevas líneas de investigación.
En julio de 2019, guiados por el relato de varios testigos, los policías y la Marina buscaron el arma del crimen en el mar, frente a la playa de Barra de Tijuca, también en Río, donde los asesinos la habrían lanzado junto con otras pruebas, pero tampoco la encontraron.
Los autores materiales del asesinato (Ronnie Lessa y Élcio de Queiroz) están presos desde marzo de 2019, pero la policía aún no averiguó quién mandó matar a esta concejala y activista y por qué motivo.