"Les informo que mañana (5 de diciembre) recibiremos al Fiscal General de EEUU, William Barr, para avanzar en la cooperación bilateral por la seguridad", escribió el jefe de la diplomacia mexicana en su cuenta de Twitter.
El canciller detalló que Barr sostendrá encuentros con el presidente López Obrador; el fiscal general, Alejandro Gertz; el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo; y el propio secretario de Relaciones Exteriores, Ebrad.
El pedido de esa designación para los narcotraficantes fue hecho por las familias mexicano-estadounidenses LeBarón y Langford, que fueron atacadas a principios de noviembre cerca de sus propiedades en las montañas de Sonora, en la frontera con EEUU, donde fueron asesinadas tres mujeres y seis niños.
López Obrador respondió a esa intención de Trump con la frase "cooperación sí intervencionismo no".
También señaló que México y EEUU deben cooperar para vigilar los 3.180 kilómetros de frontera común.
"Tiene que haber cooperación en temas migratorios, en los temas de droga, tráfico de armas, dólares, hay disposición de los gobiernos para avanzar", puntualizó en su conferencia de prensa diaria.
Pero adelantó que su administración no permitirá un operativo similar al denominado "Rápido y Furioso", aplicado por EEUU entre 2006 y 2011 para rastrear el tráfico de armas, porque significaría una nueva violación a la soberanía mexicana.
López Obrador calificó de "rotundo fracaso" ese plan, ya que "esas armas se perdieron y luego se demostró que se usaron para cometer crímenes".
En ese marco, el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, anunció que el Ejército mexicano destruyó 19.327 armas de distintos calibres, en varios estados del país.
El alto jefe castrense dijo que en la última década entraron ilegalmente al país unas dos millones de armas (200.000 al año), 70% procedentes de EEUU.
Detalló que solo fueron confiscadas más de 330.000 de esas armas, de modo que más de 1,6 millones están en el mercado negro y en poder de delincuentes.