"Con la bendición de Dios estamos acá porque lo que queremos es lo mejor para todos los bolivianos (...) tenemos ya un calendario electoral, la población grita porque el 22 de enero tengamos un presidente electo y vamos a hacer los esfuerzos para eso se consolide", dijo Áñez a la prensa, dando por seguro que asumirá la Presidencia.
Áñez ofreció garantías de seguridad a los parlamentarios del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales, que son amplia mayoría en ambas Cámaras, para que con su presencia permitan la realización de las sesiones necesarias para superar el vacío de poder.
Áñez, abogada de 52 años y quien llegó a la sede legislativa con fuerte custodia militar, prometió dotar al país de un nuevo Tribunal Electoral "integrado por personalidades probas" para iniciar de inmediato un proceso electoral abreviado.
Dijo que confiaba en que la bancada del MAS no obstaculizará, en una sesión que preveía convocar para este mismo 12 de noviembre, su designación como presidenta titular del Senado que la habilitará para convocar a una posterior sesión bicameral de la Asamblea Legislativa Plurinacional (parlamento), a más tardar el 12 de noviembre, con el único objeto de aceptar las renuncias de Morales y García y definir la sucesión.
"Hablé con asambleístas del MAS, solo piden garantías y se las estamos dando, nadie quiere esta violencia, ellos por dar viabilidad a una solución están dispuestos a venir", dijo, a pocos metros donde activistas del movimiento cívico mantenían bloqueos que impedían el acceso libre a la Plaza Murillo, donde está también el Palacio de Gobierno.
Áñez reveló que había recibido el respaldo de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía, además de compromisos de cooperación de organismos internacionales y países amigos.