"Me parece que faltando menos de dos años para las elecciones de 2021, teniendo todavía control de todas las instituciones del Estado y una mayoría legislativa, Moreno tiene controladas las variables de poder institucional, por lo que no creo que el asunto esté tanto en la cabeza del presidente sino en la reconducción de la política económica", dijo Ramírez, doctor en sociología política por la Universidad Complutense de Madrid.
Para Ramírez, nunca estuvo en juego la destitución de Moreno sino la impugnación del acuerdo que firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Moreno puede permanecer durante estos dos años hasta las elecciones de 2021 (...) Además, cuenta con el apoyo de las cámaras empresariales, de las Fuerzas Armadas y de EEUU; hay una serie de factores de poder que nunca estuvieron en duda en estos dos años que son los que aseguran su continuidad", sostuvo.
Pero el presidente perdió legitimidad y credibilidad por el nivel de "represión feroz y persecución política" contra actores de la oposición, comentó.
La cuestión, por tanto, no es si Moreno sigue en el poder o no, sino en que qué condiciones puede hacerlo, explicó.
La próxima semana hay una votación en el parlamento sobre la continuidad de la agenda de ajuste con el FMI y no es seguro que todos los aliados políticos den apoyo al Gobierno, según Ramírez.
"El nivel de malestar social y de desgaste del Gobierno puede hacer que pierda aliados y que termine gobernando en solitario; pero me parece que el escenario no está para un cambio presidencial", agregó.
"Los militares están hablando de un enemigo interno, las instituciones no están operando como intermediarios de la conflictividad social, el Gobierno no reconoce las demandas sociales y todo aquel que se expresa en su contra se ve como un adversario peligroso; eso no muestra el mejor escenario de cara a las próximas elecciones 2021", agregó.
Correa y Nebot, trastocados
La movilización de octubre, conducida por el movimiento indígena, modificó el escenario político, porque los principales referentes, el expresidente Rafael Correa (2007-2017) y el exalcalde de Guayaquil y líder del Partido Social Cristiano (conservador), Jaime Nebot, quedaron "trastocados", según Ramírez.
"El movimiento indígena tendrá que mostrar su capacidad de articulación, alianza y juego político electoral. La Revolución Ciudadana de Correa queda a un lado y muy sometida por la persecución política; hay que ver cómo se acomoda el escenario", agregó.
Las protestas terminaron el 13 de octubre tras un acuerdo entre la Conaie y el Gobierno, con la mediación de la delegación de las Naciones Unidas; al siguiente día el presidente Moreno derogó el decreto con el que el 1 de octubre había puesto fin a los subsidios a los combustibles.
Sin embargo, la tensión volvió a subir entre las partes y el presidente llamó a la Conaie a volver a participar de unas 72 mesas de diálogo establecidas para acordar la focalización de los subsidios al combustible en los sectores más desfavorecidos.