Con el escenario armado de espaldas al Obelisco y con la Avenida 9 de julio completamente cortada, la ciudad de Buenos Aires, donde Mauricio Macri fue jefe de Gobierno (2007-2015), fue el epicentro de la manifestación de apoyo a la fórmula de Juntos por el cambio más grande hasta ahora.
Los cánticos eufóricos de "Mauricio lo da vuelta" y "Sí, se puede", en sintonía con la consigna partidaria, se combinaban con los efusivos "Que vayan todos presos" y "No vuelven más", en alusión a la cúpula del kirchnerismo y el conjunto de la oposición peronista, respectivamente.
Luego de una breve introducción de parte de su sucesor como jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el presidente fue acompañado en el escenario en silencio por su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, y su mujer, Juliana Awada.
"Estamos diciendo 'no más' a la resignación, a repetir la historia una y otra vez. No nos vamos a quedar callados viendo cómo nos roban el futuro, con 'canchereadas' [bravuconadas], con soberbia y esa forma de concebir el poder que rechazamos", dijo Macri.
"No nos equivocamos cuando creímos que el cambio es posible, que podemos liberar nuestro potencial y competir de igual a igual con cualquiera en el mundo gracias a nuestra capacidad y talento", dijo el mandatario, quien le pidió a sus seguidores seguir tratando de convencer a los indecisos en esta última semana antes de los comicios del 27 de octubre para "dar vuelta la elección real".
"Demostramos que podemos hacer obras sin corrupción, que podemos tener políticas sociales sin clientelismo, que se puede gobernar con consenso sin generar miedo ni odios. No dejemos a los que destruyeron el país que ahora nos digan con el dedo en alto que ellos saben", sentenció Macri.