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La huelga de General Motors en EEUU expuso la carencia del sector automotriz mexicano

La huelga de trabajadores de General Motors (GM) en EEUU superó los 30 días e hizo historia. Las consecuencias también llegaron a México: faltaron insumos y sus plantas debieron asumir un "paro técnico" que reveló el papel subordinado del país en esta cadena global, según el economista mexicano Humberto Juárez, quien conversó con Sputnik.
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El centro del conflicto, liderado por el Sindicato de Trabajadores Automotrices (UAW, por sus siglas en inglés), tuvo que ver con las condiciones salariales y el acceso a la salud, además de la estabilidad laboral de los trabajadores más nuevos, cuyos salarios son menores, entre otras condiciones consideradas inferiores a las de los colegas más antiguos en la empresa. 

"La huelga inició muy combativa después de 12 años que no se veía una en la empresa General Motors y en Estados Unidos", dijo Juárez, especialista en el sector automotriz y catedrático de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP).

A su juicio, la paralización fue "importantísima para el movimiento sindical porque tenía rato que la Dirección Nacional de UAW, particularmente el Sindicato de General Motors, no endurecía las peticiones al grado que la empresa no aceptó sus propuestas".

Para el economista, a pesar del descenso en el consumo de automóviles en favor de las camionetas o light trucks, General Motors tuvo utilidades por 8.100 millones de dólares en el último año, dato que respalda la capacidad que tiene la empresa para hacer frente a los pedidos de los 46.000 trabajadores que se unieron a la huelga en 31 fábricas de EEUU.

¿Qué piden los trabajadores de GM?

Los temas principales que desataron la huelga fueron cuatro, según Juárez:

  • Mejoras salariales de los empleados que ganan menos de 20 dólares la hora, exigiendo que el período de ajuste salarial pase de 8 a 4 años para equipararse a los 30 dólares promedio de los trabajadores de más antigüedad;
  • Prestaciones de salud "asequibles";
    Estatus temporales y seguridad en el empleo, que reduzca el peligro de un trabajador a ser despedido al fin de su contrato, por lo que reclaman que se quite la temporalidad de los contratos de los nuevos trabajadores; 
  • Inversiones en las plantas de GM en Estados Unidos.
    General Motors respondió a estos reclamos ofreciendo inversiones de 7.000 millones de dólares en sus ocho plantas en EEUU y una propuesta para mejorar salarios e incentivos, "sin decir de cuánto", para luego lamentarse de la "radicalidad" del sindicato, señaló el economista.

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¿Cómo afectó a México la huelga de GM?

Doce trabajadores mexicanos de la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, emitieron un comunicado solidarizándose con la huelga de sus pares del otro lado de la frontera. Fueron despedidos.

"Estos 12 trabajadores fueron despedidos con los trucos más malvados, uno de ellos fue acusado de ser drogadicto, pero se hizo una prueba y dio negativo", relató Juárez. Ese fue el primero de los 12, todos "gente con mucha antigüedad que lideraron la protesta contra el sindicato mexicano y en apoyo solidario a los trabajadores de UAW", sostuvo.

Además, la decisión de la empresa de decretar un "paro técnico" en sus plantas de México a comienzos de octubre no solo perjudicó a los funcionarios, que pasaron a recibir el 50% de su salario, sino que reveló el carácter dependiente del sector automotriz instalado en el país.

"La huelga de General Motors en Estados Unidos develó y mostró la interdependencia de la producción global", en la que las empresas se han beneficiado permanentemente de las diferencias salariales y el trato laboral, observó Juárez.

La parte central del automóvil vinculada a la electrónica, el encendido y seguridad, así como la tecnología y los productos que derivan de ella, se fabrican en plantas en EEUU y se envían a México.

"Las plantas de México solamente ensamblan, por eso a partir de la segunda semana de huelga en GM, comenzó a haber escasez de partes importadas de EEUU, lo que generó el paro técnico de Silao", explicó el catedrático.

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General Motors tiene, además de la planta de Silao (Guanajuato), otra en Ramos Arizpe (Coahuila), un clúster automotriz en Querétaro y una fuerte presencia en Ciudad Juárez.

"Ciudad Juárez es el centro mundial de producción de autopartes. Hay 330 empresas maquiladoras de las que el 30%, poco más de 100, son productoras de autopartes que reciben material de EEUU y exportan sus productos directamente a las plantas de ese país", dijo Juárez. 

No se tiene certeza de cuántos trabajadores mexicanos han sido afectados por el "paro técnico" impuesto por la empresa, dada la dependencia de las plantas mexicanas a la producción de EEUU.

"Esta situación es efecto de la dependencia de la industria automotriz montada en México, que fue incorporada a la producción global a costa de castigar a sus trabajadores en detrimento de sus salarios y de sus derechos políticos", concluyó el economista.

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