"Hoy [este 14 de octubre] vamos a discutir principalmente las operaciones militares en Siria. Para mí, el punto más importante hoy será la presencia de nuestro invitado, el enviado especial de la ONU para Siria [Geir] Pedersen. Discutiremos con él cómo podemos ayudar a proteger el proceso político de esta nueva escalada militar y, obviamente, los Estados miembros discutirán hasta dónde están dispuestos a ir con ciertas medidas que están sobre la mesa en lo relativo a las actividades militares de Turquía en Siria y también a las perforaciones [que lleva a cabo] en [la plataforma marítima de] Chipre", declaró a los periodistas a su llegada a una reunión del Consejo de Asuntos Exteriores en Bruselas.
"Vemos que una de las consecuencias inmediatas de estas acciones militares es que ISIS (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países) puede volver a controlar el espacio dentro de este territorio, el hecho que nos preocupa mucho", afirmó Mogherini.
Añadió que se trata de "una amenaza directa para la UE, pero en primer lugar para la región y la comunidad internacional".
Mogherini agregó que el encuentro de este 14 de octubre es importante también porque estos asuntos volverán a ser objeto de discusión en el Consejo Europeo, que se reunirá los días 17 y 18.
El ministro de Exteriores de España y próximo sucesor de Mogherini al frente de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, dijo por su parte que "está en el ánimo de todos el adoptar una actitud muy exigente con Turquía, desde luego, en materia de venta de armas en primer lugar, y a continuación ver qué más se puede hacer".
"La actitud es muy generalizada en un rechazo frontal y firme contra el ataque que Turquía ha lanzado contra Siria", añadió.
A la pregunta de si hay acuerdo unánime para imponer un embargo de armas a Turquía, Borrell aclaró que es una decisión que corresponde a cada país.
"No es una materia de la Unión Europea, los acuerdos son de cada país", dijo.
Con respecto a España, dejó claro que "el Gobierno español está completamente a favor de no más ventas de armas a Turquía".
A juicio de Borrell, la UE debería "ejercer toda la presión posible para frenar esa acción que, en nuestra opinión, no es una vía de solución".
"Y seguramente el ataque habría sido imposible, si las tropas estadounidenses no se hubieran retirado. El repliegue de las tropas estadounidenses fue una condición para posibilitar el ataque", declaró Borrell.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, declaró que la UE tiene que introducir sanciones concretas contra Turquía, al contestar a las preguntas de los periodistas durante una conferencia en Milán.
"Europa tiene que pasar a sanciones muy concretas, espero que hoy el Consejo Europeo de los ministros de Exteriores tome decisiones al respecto, el embargo de las armas me parece obvio", dijo Sassoli.
El presidente del Parlamento Europeo cree que Europa debe ejercer una fuerte presión diplomática sobre EEUU y Rusia, "para que asuman la responsabilidad en un escenario donde tienen el poder y la posibilidad de parar las operaciones de guerra".
En cuanto a Italia, el ministro de Exteriores, Lugi Di Maio, declaró que bloqueará las exportaciones de armas a Turquía, al contestar a los periodistas.
En las palabras del ministro, durante la reunión en Luxemburgo, Italia solicitó a todos los países europeos que hagan lo mismo, "porque no podemos aceptar lo que está haciendo Turquía".
Además de Italia, otros cinco países europeos —Alemania, Finlandia, Francia, Noruega y Países Bajos— impusieron un embargo sobre los suministros militares a Turquía.
El 9 de octubre Turquía comenzó la operación Fuente de Paz en Siria. Ankara asegura que sus objetivos son alejar a las milicias kurdas de la frontera turca y establecer en el noreste del país árabe una zona segura para acoger a los miles de refugiados sirios que permanecen hoy en territorio turco.
Estados Unidos, el principal aliado de las milicias kurdas en Siria, rehusó apoyar la intervención de Turquía y retiró sus fuerzas de la zona de hostilidades. También estudia imponer sanciones drásticas contra Ankara a raíz de esa ofensiva.
Otras naciones occidentales, como Alemania y Francia, ya suspendieron la exportación de armas a Turquía.