Al grito de "Moreno asesino", dos féretros fueron recibidos por una multitud que a ambos lados de la avenida 12 de Octubre, en su intersección con Patria, organizó una solemne calle de honor que desemboca en la Casa de la Cultura, lugar donde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) retuvo el 10 de octubre a ocho policías y 27 periodistas.
El Ágora de la Casa de la Cultura fue el lugar elegido por el pueblo indígena para realizar una misa campal, con un sacerdote católico y un pastor evangélico, para honrar a los indígenas fallecidos en la protesta.
Desde la CONAIE informaron que se trata de cuatro muertos pero el Gobierno ecuatoriano sólo confirmó dos caídos, aunque no especificó si eran indígenas.
"Hay dos muertos: una persona atropellada por un conductor amedrentado por un manifestante y otra persona que sufrió una caída", dijo el secretario de la Presidencia, José Augusto Briones, en cadena nacional de radio y televisión.
La organización asegura que permanecerá movilizada y reunida en la Casa de la Cultura hasta obtener sus reclamos: el retiro del Fondo Monetario Internacional (FMI), la renuncia de los funcionarios a los que responsabiliza de la represión y la anulación de las medidas económicas adoptadas por el presidente Lenín Moreno.
El 1 de octubre, Moreno anunció una serie de medidas económicas que generaron profundo rechazo en varios sectores de la sociedad.
Las medidas más resistidas fueron la eliminación de subsidios por 1.300 millones de dólares al combustible y reformas laborales que afectan a los empleados públicos.
Tras el anuncio de las medidas, transportistas convocaron un paro general que levantaron luego de dos días en los que negociaron con el Gobierno subas a los servicios de transporte de cargas y pasajeros.
Pero las movilizaciones continuaron lideradas por otros sectores afectados.