"El presidente Aoun llamó la atención de la asesora de la ONU al hecho de que los últimos acontecimientos en la frontera sirio-turca pueden tener consecuencias peligrosas para la guerra en Siria", comunicó la oficina de prensa del líder libanés.
Agregó que El Líbano "está vigilando la situación" y espera que las acciones de Turquía no pongan en peligro la integridad de Siria.
"Centenares de miles de civiles en el norte de Siria corren peligro. Los civiles y la infraestructura civil no deben convertirse en blancos", dijo Grandi citado por su servicio de prensa.
De acuerdo a ACNUR, unos 5,6 millones de sirios son refugiados por la crisis que atraviesa el país. De ese total, unos 3,6 millones se encuentran en Turquía actualmente.
"Cualquier nueva campaña militar puede resultar en la falta de seguridad y el caos, circunstancias peligrosas en las cuales podría resurgir ISIS", dice el comunicado.
En este contexto, la Comisión llamó a las partes involucradas a reanudar el diálogo y asegurar la protección de los civiles durante las hostilidades.
Por su parte, el Ministerio de Defensa turco informó que el ministro de Defensa de Catar, Jaled bin Mohammed Attiya, expresó su apoyo a la operación de las Fuerzas Armadas de Turquía en Siria, durante una conversación telefónica con su homólogo turco, Hulusi Akar.
"El ministro Jaled Attiya expresó su apoyo a la operación Fuente de Paz, y el ministro Akar agradeció a su homólogo sus sinceros deseos", dice el comunicado.
En cuanto a la reacción de Egipto, el presidente del país, Abdelfatah Sisi, condenó la operación militar de Turquía.
"Egipto rechaza la agresión turca contra el territorio y la soberanía de Siria, esta contradice las normas del derecho internacional", dijo Sisi durante una reunión en El Cairo con el rey de Jordania, Abdalá II.
El mandatario egipcio apuntó también que las acciones turcas afectarán negativamente "la integridad territorial de Siria", perjudicarán el proceso de solución política, así como la estabilidad y la seguridad de toda la región.
Egipto previamente instó a celebrar una reunión extraordinaria de la Liga Árabe para examinar la situación en el noreste de Siria. Está previsto que las consultas tengan lugar el 12 de octubre.
Respuesta de la UE
Poco después, la portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Maja Kocijancic, comunicó que la UE tiene previsto abordar la próxima semana su respuesta a la operación militar de Turquía, Fuente de Paz, en el noreste de Siria.
Más aún, la ministra de Exteriores de Suecia, Ann Linde, declaró que resulta imprescindible que la UE embargue los suministros de armas a Turquía.
Antes de proponer debatir la propuesta en la UE, la ministra debe contar con el apoyo de los miembros del Parlamento sueco.
"Mañana [11 de octubre] planeo solicitar apoyo en el Parlamento, para promover que la UE imponga sanciones contra Turquía plasmadas en el embargo del suministro de armas", dijo Linde en un programa de la emisora Sveriges Radio.
Según la Inspección Estatal Sueca de Productos Estratégicos (ISP), citada por Svenska Dagbladet, en 2018 Suecia suministró a Turquía productos de defensa por valor de 300 millones de coronas (unos 30 millones de euros) a Turquía, lo que representa un récord.
El 9 de octubre, la UE urgió a Turquía a cesar "su acción militar unilateral" en el noreste de Siria por correr riesgo de "socavar aún más la estabilidad de la región, exacerbar el sufrimiento de los civiles y provocar más desplazamientos".
Las acciones de Ankara, según la Unión, complican "el proceso político liderado por la ONU para lograr la paz en Siria", así como "el progreso alcanzado por la Coalición Internacional para derrotar al ISIS" (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países).
Turquía asegura que lanzó el 9 de octubre la operación Fuente de Paz en el noreste de Siria para expulsar a las milicias kurdas de la frontera sirio-turca y establecer una zona segura a la que puedan regresar los miles de refugiados sirios que se encuentran hoy en territorio turco.
La operación está dirigida contra las fuerzas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, terroristas para Turquía) y las milicias kurdo-sirias a las que Ankara vincula con el PKK y que dominan el noreste sirio.
Según la televisión estatal siria, los ataques turcos sobre poblados fronterizos se saldaron con ocho civiles muertos y unos 20 heridos.
Estados Unidos, el principal aliado de las milicias kurdas en Siria, ya dejó claro que no apoyará la intervención de Turquía, y no se implicará en esa operación ni mantendrá sus fuerzas en el área.
El Gobierno de Siria, que no reconoce la autonomía kurda al este del río Éufrates, ni a su ala militar, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), protestó por la operación turca, denunciando que viola la integridad territorial del país y el derecho internacional.