El presupuesto agrario pasó de estar estructurado en 150 programas de apoyos y subsidios a regirse ahora en base a cinco únicos programas, que deberán articularse al resto de las políticas sociales dirigidas al sector rural para destrabar la situación de estancamiento y desigualdad en que ha caído el campo mexicano.
- Bimbo (pan y comida envasada);
- Maseca (harina de maíz);
- Bachoco (pollo y huevo);
- Cargill (granos);
- Lala (lacteos)
La herencia neoliberal
El diagnóstico del Gobierno de AMLO sobre la situación del campo mexicano encuentra sus orígenes en el desamparo que promovió el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés). Desde el año 1993, el sector registra un sistemático crecimiento por debajo del resto de la economía.
Para el Gobierno actual, otro motivo de esta falta de crecimiento fue el desvío de hasta un 70% de los fondos públicos invertidos durante las últimas tres décadas por parte de intermediarios, gestores y políticos locales, por lo que los recursos llegaban "mordidos" a los destinatarios finales.
"En el pasado, el recurso público estuvo divorciado de los indicadores sociales; creció el recurso pero el ingreso medio rural y la productividad se estancaron, al tiempo que creció la dependencia de importaciones de cultivos básicos", dijo el subsecretario durante el Foro Global Alimentario en México a finales de septiembre.
¿Cómo es el plan de AMLO para el campo mexicano?
Durante su ponencia en el Foro, Suárez presentó detalles del presupuesto agrícola impulsado por AMLO. Se repartirá en cinco programas:
- Fertilizantes químicos, promoción de su autosuficiencia y acceso a los productores
- Producción para el bienestar
- Canasta básica
- Crédito Ganadero
- Precios de garantía de compra de ciertos productos agrícolas
A estos programas específicos, el Gobierno buscará apuntalarlos con la inversión que se realizará en políticas sociales dedicadas al campo mexicano, a cargo de otras Secretarías de Estado como son la creación junto a la Secretaría de Bienestar de centros de apoyo integradores del desarrollo, que se instalarán en el 70% de los pueblos rurales del país, con énfasis en la zona sur-sureste, prioritaria para el presidente.
Además, la creación de una nueva empresa dentro de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que tendrá a cargo el suministro eléctrico de estas nuevas "zonas de desarrollo". También está la apertura de sucursales del Banco de Bienestar en los centros de inclusión digital. La expectativa es que estas inversiones "en conjunto" puedan suplir la disminución para el rubro en 11.000 millones de pesos (560 millones de dólares) de la ejecución presupuestal del año 2020 con respecto a 2019.
¿Cómo se pretende optimizar los recursos?
El Gobierno apuesta a replicar estrategias que ya se practicaron en otras áreas de la administración pública, que es "bajar los costos de operación" del Estado, así como "eliminar un gasto burocrático excesivo", que en el caso de la Secretaría de Agricultura significó un recorte del 30% de su personal.
Así, el mecanismo propuesto se basa en adjudicaciones directas de ayudas a partir de un padrón de productores de hasta 30 hectáreas; así como en la implementación de un sistema de supervisión de imágenes satelitales que permitan confirmar la información brindada por el productor.
El otro programa que recibirá 18.689 millones de pesos (casi 1.000 millones de dólares) en 2020 es Sembrando Vida, dedicado a estimular el sector agro-forestal en México, sobre todo, en la zona sur-sureste del país. Esto representa un tercio de la inversión total de AMLO para el medio rural en 2020, si consideramos que la Secretaría de Agricultura deberá funcionar con 46.000 millones de pesos, un tercio menos que este año.
Sin embargo, a pesar de la renuncia fiscal que significan las exoneraciones tributarias, "las nuevas políticas no excluyen a nadie", aseguró Suárez a Sputnik. En ese sentido, el subsecretario señaló que el pequeño grupo de empresas que antes concentraban la mayor parte de los incentivos públicos ahora "seguirá apoyándose con subsidios al agua y a las tarifas eléctricas, así como con la perforación de pozos de riego para la agricultura".
Suárez estima que, para diciembre de 2019, debe estar listo el proceso de bancarización de un padrón de 2 millones de pequeños y medianos productores con hasta 30 hectáreas de maíz, frijol, café y caña de azúcar que recibirán los apoyos directos, a partir de enero de 2020.