La oferta vence el próximo 18 de septiembre para ser tramitada en Nueva York y se liquidará el 23 de septiembre próximo, indica la oferta publicada por Global Bondholder Services Corporation.
La petrolera mexicana es la más endeudada del mundo, con unos 105.000 millones de dólares en pasivos.
La nueva oferta corresponde a bonos pendientes de pago en el período 2020-2023, dentro del periodo de la actual administración de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), de los cuales Pemex liquidará 5.000 millones de dólares y emitirá nueva deuda para refinanciar sus obligaciones de corto plazo.
La operación es parte de un plan de refinanciamiento para mejorar el perfil crediticio de la mayor firma mexicana, cuyo desempeño que influye en le calificación de la deuda soberana de la segunda economía latinoamericana.
Las agencias que analizan el riesgo de la deuda de Pemex, como Moody's, cambiaron la perspectiva de la firma estatal "de estable a negativa", mientras Fitch Rating la degradó recientemente a rango especulativo.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) aumentó la deuda de Pemex en unos 60.000 millones de dólares, asegura López Obrador.
Plan financiero para relanzar producción
La producción de crudo ha caído durante 15 años en forma consecutiva, del pico histórico logrado en 2004 de 3,4 millones de barriles diarios a 1,6 millones registrados en 2018.
La industria petrolera tiene un lugar marginal en la economía mexicana y representa menos del 6% de las exportaciones totales, dominadas por las manufacturas, sobre todo automotrices y agroindustriales.
Sin embargo, la carga fiscal de Pemex aporta poco menos del 20% del presupuesto del Gobierno federal, que ronda los 25.000 millones de dólares anuales.
La reducción de impuestos aplicada en 2019 a Pemex para permitir su relanzamiento ronda los 10.000 millones de dólares.
Esos reservorios fósiles combustibles son explotados hace años por EEUU en sus aguas territoriales del mismo golfo, pero requieren altas inversiones, sofisticada tecnología de punta y hasta una década para desarrollarse, según informó esta semana el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
En cambio, Pemex está regresando a explotar los decaídos y sobreexplotados campos maduros de aguas someras, cercanas a las costas mexicanas, y sus antiguos campos terrestres.
Las calificadoras de riesgo financiero han advertido que depender de las reservas petroleras probadas, con crudo para menos de 10 años en esos viejos yacimientos, sin explorar para restituirlas con nuevos hallazgos geológicos, dejaría a las próximas administraciones en una enorme desventaja y dependencia energética.