"Sendero Luminoso ya no existe en Perú, ha sido derrotado militarmente por el Estado. Lo que persisten son las condiciones económicas y sociales que pueden generar malestar y posiblemente un movimiento que quiera usar la violencia o la lucha armada para la transformación del país", afirmó Mendieta, catedrático en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Perú.
El 12 de julio pasado, el Gobierno anunció la captura de Hugo Campos Córdova, alias Julio Chapo, en la zona geopolítica del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), que comprende parte de los departamentos sureños de Junín, Huancavelica, Cusco y Ayacucho.
Los anuncios del Gobierno sobre esta última captura y otras anteriores de miembros de Sendero Luminoso levantan dudas sobre la subsistencia de la organización maoísta, considerada responsable de la muerte de 31.331 personas, la gran mayoría indígenas, según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de 2003.
Mendieta explica las razones por las cuales el Estado aún indica que está en enfrentamiento con Sendero Luminoso y por qué informa sobre la captura de supuestos mandos.
Tras la captura de Abimael Guzmán, este ofreció en 1993 la firma de un acuerdo de paz con el Estado, en el que se comprometía a desmantelar las columnas armadas de su organización a cambio de una amnistía general.
El Gobierno entonces presidido por Alberto Fujimori (1990-2000) desestimó la oferta, pues sabía que la derrota militar ya se había logrado.
El ofrecimiento de este acuerdo, explicó Mendieta, produjo un cisma dentro de la organización, entre los alineados con Guzmán, llamados "acuerdistas", y aquellos que consideraron una traición la "rendición" que implicaba dicha oferta al Estado.
Los contrarios al acuerdo se refugiaron en el VRAEM.
"Los remanentes en el VRAEM no se hacen llamar Sendero Luminoso. Ellos se autodenominan Militarizado Partido Comunista del Perú, que puede tener tendencias maoístas, pero no con el "Pensamiento Gonzalo" (ideología desarrollada por Guzmán para la instauración en Perú de un estado socialista maoísta). Estoy seguro de que, si tuvieran la oportunidad, ellos fusilarían a Guzmán", dijo Mendieta.
El historiador aseguró que la lucha que se libra en el VRAEM es distinta a la que se libró en los años de auge de la organización.
Los remanentes del VRAEM tienen su fuente de ingresos en los servicios de seguridad que prestan a los narcotraficantes que operan en la zona, y tratan de captar más adeptos entre las poblaciones locales, a quienes llaman "los amigos".
Pero, a diferencia de Sendero Luminoso, que en su momento de mayor fuerza llegó a tener hasta 10.000 militantes en sus filas, los miembros del Militarizado Partido Comunista del Perú no llegan a 300 personas, algo que no representa una amenaza grave para el Estado, según Mendieta.