"Lo que nos tiene que preocupar es el pueblo venezolano, que no puede quedar rehén de ninguna situación y sobre todo no puede entrar en una guerra civil", destacó Bottino en el foro internacional Desarrollo del Parlamentarismo, cuya segunda edición se celebra en Moscú del 1 al 3 de julio.
Advirtió que las intervenciones solo "destrozarían" al pueblo.
A juicio de Bottino, están dadas las condiciones para seguir avanzando en la búsqueda de una solución "pacífica" y "democrática" que permita que "no haya guerra y que el pueblo venezolano no siga siendo el más perjudicado, quedando a veces rehén de distintos intereses que no son los que tendrían que estar teniéndolo en consideración".
"Uruguay va a seguir con las acciones que tiendan en ese sentido", aseguró.
El país sudamericano patrocina tanto el Grupo Internacional de Contacto (GIC) como el Mecanismo de Montevideo, dos plataformas de diálogo sobre Venezuela.
El GIC está integrado por la Unión Europea, ocho países europeos —Alemania, España, Francia, Holanda, Italia, Portugal, el Reino Unido y Suecia—, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Uruguay.
El Mecanismo de Montevideo es una plataforma de diálogo promovida por Uruguay, México y la Comunidad del Caribe (Caricom), avalada también por Bolivia.
El mecanismo contempla cuatro fases para realizarlas en "un periodo razonable", acordado por las partes: inicio inmediato de un diálogo sobre la solución pacífica, negociaciones, elaboración de compromisos y su implementación.
Washington fue el primero en reconocer en enero pasado la autoproclamación del opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, acto que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, calificó de un intento de golpe de Estado promovido por EEUU.
Desde entonces, Washington introdujo una serie de sanciones contra Caracas con el objetivo de presionar a Maduro, reconocido como presidente legítimo por Rusia, junto con Bolivia, Cuba, Irán, Nicaragua, Turquía y varios otros países.