La diva mexicana hubiera cumplido 105 años este 2019, pero lo cierto es que se volvió en una figura inmortal. Sus personajes de ficción coinciden mucho con las características de la María Félix real: mujeres fuertes, de armas tomar, con valores firmes y poca flexibilidad para transigir en ese plano.
Quizás el papel que más la catapultó a la fama en América Latina y el mundo fue el de 'Doña Bárbara' (1943). En esta cinta, Félix daba vida a una mujer que, tras una experiencia traumática de violación en su adolescencia, se volvía una poderosa y temeraria terrateniente que se hacía de enormes extensiones de campo y ganado valiéndose de la seducción hacia los hombres.
Su participación en esta película le valió el mote de 'la Doña'. No solo participó en producciones mexicanas: también cruzó el charco y se enfrentó a los reflectores también en España, Italia y Francia. Pero siempre con un pie en su México natal.
María Félix también se ganó el cariño de los mexicanos al participar del elenco de numerosas cintas ambientadas en la época de la Revolución. En ellas, la diva interpretaba papeles de mujeres que acompañaban a los soldados y empuñaban el rifle a la par de ellos. Un ejemplo es 'La Cucaracha', de 1959, dirigida por Ismael Rodríguez.
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Félix podría haber ganado el estrellato en Hollywood, pero siempre se negó a trabajar en los estudios de EEUU. Los papeles que le ofrecían eran estereotipados, pues siempre se trataba de mujeres indígenas en westerns. Finalmente, participó en alguna telenovela y otros pocos papeles.
Así como toda diva, y como en muchas de sus películas, la Doña tuvo una vida sentimental turbulenta. En su haber tenía cuatro matrimonios, mechados con algunos romances furtivos con artistas, cantantes, intelectuales, banqueros y hombres que se veían desafiados intelectual y afectivamente por la musa. Solo tuvo un hijo, Enrique, fruto de su primera unión.
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Era sabida su predilección por las joyas. Siempre que podía, lucía collares de diamantes y otras piezas de orfebrería, compradas en sus largas estadías en París, ciudad que amaba y donde residía eventualmente. Una de ellas fue el mítico collar de diamantes con forma de víbora, realizado por Cartier exclusivamente para ella. También otro, en forma de cocodrilos, de la misma casa.
Era reconocida en el medio artístico mexicano y era amiga de Frida Kahlo y de Diego Rivera. En alguna ocasión dijo que, si bien no le gustaban las piezas de estos pintores, posó para ellos. También lo hizo para otros pinceles, tanto mexicanos como extranjeros. Se dice que su personalidad inspiró además personajes de novelas.
Siempre fue una figura central de la farándula mexicana, hasta el mismo día de su muerte, el 8 de abril de 2002. Es decir, el mismo día en el que nació, pero 88 años después. Su velorio fue masivo, en el icónico Palacio de Bellas Artes de su tan amada Ciudad de México.
Durante casi un día, miles de personas le dieron el último adiós. El evento fue televisado y hasta aparecieron estrellas de ayer, hoy y siempre. Entre ellas, las jóvenes Thalía y Salma Hayek.
Y tú, ¿qué recuerdas de María Félix? ¿La conocías? Cuéntanos en la sección de comentarios todo lo que te suscita esta paradigmática figura del cine latinoamericano.