Este lunes, Estados Unidos cerraron oficialmente su consulado en Jerusalén y lo fusionaron con su embajada, degradando así el nivel de su principal misión diplomática para los palestinos.
Durante décadas, el consulado funcionó como una embajada de facto para los palestinos, que ahora serán atendidos por una unidad de asuntos palestinos que dependerá de la embajada y se situará en el edificio de lo que era el consulado de EEUU en la parte oeste de Jerusalén.
El cierre del consulado de EEUU se produce nueve meses y medio después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, decidiera trasladar la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, rompiendo con el consenso mundial.
Los diálogos de paz entre Palestina e Israel se encuentran en un punto muerto desde 2014.
Los repetidos intentos de los mediadores internacionales de lograr que vuelvan a la mesa de negociaciones no han dado resultado hasta ahora.
Los palestinos reivindican la creación de un Estado dentro de las fronteras de 1967 con capital en Jerusalén Este.
Israel, por su parte, se niega a volver a las fronteras de 1967 y compartir con los árabes la ciudad de Jerusalén, la que proclama como su "capital eterna e indivisible".