Las caravanas "no son una movilidad espontánea, están estructuradas por personas detrás de ellas, algunas muy identificadas, hay que ver qué intereses están detrás", dijo el funcionario en entrevista con el noticiario nacional Imagen.
Para el responsable de la principal autoridad migratoria mexicana, los organizadores "parecieran tener intenciones de buena fe, pero viendo el resultado (de otras caravanas) hay dudas de lo que es el verdadero fondo".
El titular del Instituto Nacional de Migración de México (INM) aludió así a la controversia del mandatario con el Congreso, que se niega a aprobar fondos federales para construir un muro fronterizo en la frontera con México, que ha provocado el más prolongado cierre parcial del Gobierno en su historia.
Guillén lamentó que exista una "laguna de información" entre los migrantes, con versiones falsas, tales como esperar "que el Gobierno de EEUU esté dispuesto a recibirlos, cuando sabemos lo opuesto".
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Las autoridades cuentan con "un aprendizaje" de las caravanas anteriores, que entraron a territorio mexicano a finales de octubre del año, continuó.
Por otra parte, descartó la "política de contención" aplicada por la anterior administración del Gobierno mexicano.
"Llevar la Policía Federal con helicópteros no era necesario, y también los gobiernos centroamericanos fueron menos participativos en el fenómeno que estamos enfrentando", recordó.
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El instituto migratorio aplicará "un seguimiento muy puntual" a quienes lleguen a territorio mexicano, "a través de registros que sirvan para un ingreso regular", además de ofrecer medicinas y alimentos a los hondureños.
Guillén indicó además que su país cuenta con "una política migratoria distinta a la implementada el año pasado en materia de respeto a los derechos humanos".
Esa nueva estrategia está dentro de lo establecido por el Pacto Mundial para la Migración, de la Organización de las Naciones Unidas, y ratificado por el gobierno mexicano el 11 de diciembre de 2018.
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Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este 16 de enero que los gobiernos de Centroamérica deberían ofrecer opciones de trabajo en sus lugares de origen a sus ciudadanos.
Según la embajada de Honduras en México, de unos 2.500 hondureños que continúan en la frontera norte con EEUU, solo tres por ciento tiene posibilidad de lograr asilo en ese país.
Alrededor de 13.000 hondureños han partido en distintas caravanas y la mitad han pedido la repatriación voluntaria.
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