Varios medios comunicaron que Grenell dirigió a varias compañías alemanas cartas con insinuaciones de que EEUU podría imponerles sanciones por el apoyo al Nord Stream 2.
Al mismo tiempo un portavoz del embajador señaló que esos mensajes no deben percibirse como una amenaza sino como "una clara expresión de la política de EEUU".
El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán declaró que Berlín y Washington divergen en sus evaluaciones del proyecto de construcción del gasoducto Nord Stream 2.
"Tales cartas son una amenaza absolutamente inaceptable para las compañías alemanas y una evidencia de los cambios en la política exterior de EEUU", declaró el jefe de OMV entrevistado en Viena por el periódico alemán Handelsblatt.
Europa debe rechazar la tutela estadounidense en la política energética, subrayó e indicó que la soberanía de Europa y Alemania consiste en la capacidad de aplicar su propia política energética y de regular los suministros y la competitividad "para su propia satisfacción".
A juicio de Seele, las sanciones unilaterales tienen un efecto muy reducido y no afectarían mucho a las compañías participantes del Nord Stream 2.
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El proyecto en cuestión prevé el tendido de dos tuberías de gas, con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales, desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.