Según comentó al diario The Washington Post un funcionario de inteligencia estadounidense, "literalmente la gente se quedó en modo pánico" en la sede de la CIA en Langley, Virginia.
Mientras tanto, Trump ha expresado en repetidas ocasiones sus dudas sobre la interferencia electoral de Rusia. La postura inconsistente del presidente ha aumentado las sospechas de que su campaña se confabulara con el Kremlin, aunque rechazó enérgicamente esa acusación en medio de la investigación del abogado especial Robert Mueller sobre el asunto.
Al presidente lo acusaron rápidamente de ponerse del lado de Putin sobre la comunidad de inteligencia estadounidense. Trump más tarde afirmaría que se había equivocado.
"Acepto la conclusión de nuestra comunidad de inteligencia de que Rusia se entrometió en las elecciones de 2016", dijo Trump, aunque agregó: "También podrían haber sido otras personas. Hay mucha gente allá afuera".