El 16 de febrero, la oficina del fiscal especial de EEUU Robert Mueller emitió un informe que contiene supuestas pruebas de la injerencia de Rusia en las elecciones en EEUU.
"Seguimos sin ver [en los documentos de EEUU] pruebas sustanciales de que alguien interviniera en los asuntos internos [de ese país]", dijo.
"No hay ni puede haber indicios de que el Estado ruso pudiera estar implicado en esto", aseveró.
El portavoz agregó que "Rusia no ha interferido y no tiene la costumbre de inmiscuirse en los asuntos de otros países ni lo está haciendo ahora".
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"Seguimos considerando infundadas estas pruebas, no son exhaustivas ni justas y no podemos aceptarlas", dijo Peskov a los periodistas.
La oficina de Mueller señaló que las operaciones "en primera instancia buscaron divulgar información difamatoria sobre Hillary Clinton, denigrar otros candidatos como Ted Cruz y Marco Rubio, y apoyar a Bernie Sanders y al entonces candidato Donald Trump", actual presidente de EEUU.
Rusia rechazó en reiteradas ocasiones las acusaciones de haber intentado influir en las elecciones en el país norteamericano.