"Yo siento que mi esposo está hoy en la casa, mis hijos sienten lo mismo, y por eso preparamos la mesa para recibirlo y orar por él, para que retorne mañana al más allá, amado, animado y bien alimentado", dijo a Sputnik María Chuquimia, mujer de un barrio pobre de la ciudad que enviudó hace cinco meses.
Como María y sus tres hijos, millares de familias —especialmente aquéllas que sufrieron alguna muerte en el último año— se congregaron al mediodía de este 1 de noviembre en sus domicilios, para recibir con oraciones y comidas a los visitantes del más allá.
La fiesta, una de las máximas expresiones del sincretismo entre la cosmovisión milenaria andina y la religión católica traída a América por los conquistadores españoles, culminará el 2 de noviembre con visitas masivas a los cementerios, para "despedir" a los difuntos, debidamente mimados y alimentados.
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María, quien vende ropa en un mercado callejero, dijo que sigue la tradición porque se la enseñaron sus padres y abuelos y porque siente que es una forma de honrar la memoria de su esposo Eufronio, quien operaba un microbús de transporte urbano.
La mesa preparada para Eufronio tenía en el centro la foto del difunto sobre una 't"anta wawa' (niño viejo en aymara), un pan en forma de muñeco en torno al cual había media docena de platos con las comidas favoritas del visitante.
El menú se completaba con abundante fruta, diversas masas dulces y chicha morada, bebida no alcohólica de maíz que se prepara especialmente en esta época, para satisfacer los antojos del visitante.
Luego compartieron en el almuerzo los platos favoritos del difunto.
Otras familias se limitaban a prender velas y orar por los fallecidos.
Las mesas quedaban puestas hasta la noche, pues de ellas se invitarían masas dulces y chicha a otros familiares y amigos visitantes.
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Algunas familias dolientes suelen ir de visita a otras casas, llevando comida y dulces, para pedir oraciones por sus fallecidos.
El presidente Evo Morales, quien es católico, se sumó a la celebración con un mensaje en su cuenta de Twitter, mientras varios ministros presidían en sus oficinas ceremonias de bienvenida a los difuntos, con mesas de dulces incluidas.
"Hoy, 1ro de noviembre a mediodía, recibimos la visita de nuestros ancestros. Ahora más que nunca, defenderemos el legado y la lucha de nuestros antepasados. Saludamos nuestras tradiciones", escribió Morales.
El día de Todos Santos es laborable, pero el Gobierno concede permiso desde el mediodía para el inicio de la celebración del Día de Difuntos, que sí es feriado, el 2 de noviembre.