Las recientes decisiones de EEUU de cambiar el enfoque de su presencia militar en Siria casi pasaron desapercibidos por las audiencias nacionales, a pesar de sus serias implicaciones para el futuro del país, escribe Pillar en un artículo para The National Interest.
"Antes, las tropas estadounidenses desplegadas en el noreste de Siria combatían a los terroristas del Estado Islámico. Ahora, se prevé que se queden en el país indefinidamente con la misión de echar a las fuerzas iraníes del país", explica el autor.Asimismo, la estrategia declarada de derrotar al EI ya ha quedado obsoleta, y en esencia, EEUU arremete formalmente contra otro actor del conflicto que también luchó contra los radicales, aunque del lado del Damasco oficial.
Pero este enfoque ignora las 'verdades incómodas' sobre la guerra en Siria, sostiene Pillar.
Primero, Damasco, apoyado por Rusia e Irán, va liberando de los opositores cada vez más territorios de su país, y las fuerzas gubernamentales están en camino hacia la victoria, admite el autor.
Segundo, la provincia de Idlib —la última fuera de control del Gobierno legítimo— está llena de combatientes del grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (HTS, antiguo Frente al Nusra), afiliado con los terroristas de Al Qaeda. Si bien en Occidente a Damasco lo tachan de "régimen brutal", la victoria de Bashar Asad pondría fin al "dominio inhumano" de los islamistas, marcado por arrestos masivos, encarcelamientos y torturas.
"Quizá la vía más corta para prevenir más sufrimiento por esta guerra, que ya se cobró un medio millón de vidas y desplazó a millones más, sería que las fuerzas gubernamentales finalicen su victoria", opina el autor.
Para Pillar, los tres actores diplomáticos más importantes en Siria —Rusia, Irán y Turquía— todos tienen apuestas mucho más grandes en Damasco. Para Moscú y Teherán, es un fiel aliado durante décadas, y para Ankara, es el centro de varios problemas serios, de los refugiados a la cuestión kurda.
La obsesión de EEUU por contrarrestar a Irán hace la búsqueda de cualquier solución más difícil, ya bastante complicada como tal.
El autor opina que las autoridades estadounidenses todavía no han presentado explicaciones sobre cómo la presencia de la tropas estadounidenses en Siria ayudará a conseguir la retirada de Irán. Con todo esto, ya pasó algo irónico: Irán, a su vez, afirmó estar dispuesto ayudar a "forzar EEUU fuera" del país árabe.
"[La presencia indefinida de EEUU] aumentará el riesgo de un choque militar directo entre las fuerzas estadounidenses e iraníes, con el potencial de escalar hasta una mayor guerra. Esto no será bueno, aunque sea deseado por ciertas personas en el poder", concluyó el columnista.
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