"Pedí esta mañana, aunque esto ya (viene) de antes, con más fuerza que el equipo económico y productivo del gabinete trabaje toda la semana (…), vamos a convocar a la banca privada, con empresarios", dijo el mandatario.
Según los medios, el habitualmente intenso comercio en las ciudades sureñas de Yacuiba, Bermejo y Villazón, fronterizas con Argentina, ha caído en las últimas semanas por la disminución de las visitas de ciudadanos argentinos a causa de la depreciación de la moneda del país vecino.
"Hace dos semanas en Yacuiba me dijeron que las malas noticias son que no hay movimiento económico, hay desempleo, han bajado las ventas en la frontera; lo bueno, decían, es que ahora los hermanos argentinos ahorran su plata en pesos bolivianos", resumió Morales.
Agregó que ha instruido a sus ministros que atiendan el problema con prioridad, recojan propuestas del empresariado y presenten un plan a más tardar en el gabinete dentro de una semana.
"Argentina y Brasil son nuestros principales socios comerciales y no podemos evitar ser impactados por sus problemas, lo que pedimos al Gobierno es concertar medidas para evitar el colapso de nuestro sector productivo exportador y la protección de nuestra industria de mercado interno", afirmó.
Citó como sector más sensible a la problemática del mercado argentino al agrícola, que vende al vecino sureño banano, piña y palmito.
El ministro de Desarrollo Productivo, César Cocarico, confirmó según un despacho de la agencia oficial ABI que la exportación de banano a Argentina "ha disminuido sustancialmente".
"Una crisis económica en un país vecino siempre afecta, en este caso la crisis de Argentina de alguna u otra forma va a golpear", añadió Cocarico, sin confirmar versiones de exportadores bananeros de que sus despachos a Argentina han caído hasta en un 90% en el último mes.
"Todo indica que los tours de compras a Bolivia se acabaron", tituló en un reportaje el diario El Tribuno de la ciudad de Salta, norte argentino, reproducido por el medio boliviano.
Esa publicación señaló que los comerciantes de Salta se preparan para recibir una ola de compradores bolivianos atraídos por la caída del peso argentino frente al dólar, de más de 35% en las dos últimas semanas.
Aunque es teóricamente variable, el tipo de cambio en Bolivia se mantiene fijo desde hace casi siete años en 6,96 bolivianos por dólar.