"Las dudas existen porque no están disponibles los detalles del entendimiento bilateral, por ejemplo, sobre la industria automotriz, y solo nos han dado a conocer algunos puntos relevantes, lo que impide saber con certeza si será o no benéfico para México, en el corto y en largo plazo", dijo Siller, directora de análisis económico financiero del Grupo Financiero Banco Base.
Entre los temas del entendimiento bilateral, anunciado el 27 de agosto en Washington, está el incremento de la regla de origen de 62,5 a 75% para autopartes que deben ser fabricadas en los tres países de Norteamérica, y de un 40 a 45% producido con salarios no menores a 16 dólares, es decir cinco veces los que se pagan en México.
A los inversionistas les preocupa el impacto de lo acordado en la economía real, "porque el 25% del producto interno bruto mexicano proviene de las exportaciones, de las cuales al menos el 80% van hacia EEUU, y la industria automotriz representa la tercera parte de esas exportaciones totales, de manera directa", reseñó la experta.
Esa ruta podría prolongarse hasta mediados de 2019, con un nuevo Congreso, después de las inciertas elecciones legislativas de noviembre en las que el gobernante Partido Republicano podría perder el control del Poder Legislativo.
Barreras en solución de controversias
Otra interrogante crucial apunta a los mecanismos de solución de controversias, que están en el Capítulo 19 del TLCAN original, que México aceptó modificar a cambio de concesiones poco esclarecidas.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau fue tajante horas antes de que comenzaran en Washington las negociaciones entre su jefa negociadora Chrystia Freeland con el representante comercial estadounidense Robert Lighthizer.
"No firmaremos un acuerdo que sea malo para los canadienses y, francamente, no tener un Capítulo 19 para asegurar que las reglas sean seguidas, sería malo para los canadienses", dijo Trudeau.
Todas esas dudas acerca del proceso negociador, los inversores las llenan con volatilidad en su comportamiento en los mercados y son malas para la cotización de la moneda nacional, pero también para la economía real, porque demoran las inversiones, estimó la analista financiera.
"El detalle de lo acordado entre México y EEUU no lo pueden revelar, porque Canadá no se ha subido al acuerdo bilateral", explicó Siller.
Pero la moneda mexicana ha sido un indicador del ánimo en los mercados sobre las negociaciones que comenzaron en agosto de 2017 por iniciativa de Trump.
Al alcanzar una cotización máxima de 19,68 pesos por dólar "se eleva la probabilidad de alcanzar un nivel de 20 pesos por dólar en el corto plazo", cotización registrada en las semanas previas a las elecciones presidenciales del 1 de julio pasado, estimó la analista.
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Por ahora, ese tipo de cambio "ya perforó la resistencia clave de 19,35 pesos por dólar, en donde se ubica el promedio móvil de 100 días" en los mercados de divisas, donde el peso es una de las monedas más líquidas.
Finalmente, el escenario empeoraría si Trump decide anunciar nuevas medidas proteccionistas en contra de China.
El peso mexicano sigue siendo la única divisa en la canasta de economías emergentes que muestra una apreciación acumulada en este año.
Pero desde el acuerdo bilateral, el avance se ha ido borrando y es de apenas 0,93% en lo que va de 2018.