"Si en el caso de bioetanol (gasolina potenciada con etanol) el proyecto estaba apuntando a sustituir anualmente 200 millones de dólares por importaciones de gasolina, en lo que respecta a biodiesel el potencial es mucho mayor, al menos el triple", afirmó Rodríguez en una entrevista telefónica.
Morales lanzó la iniciativa del biodiésel el pasado 28 de agosto, al anunciar que prevé promulgar dentro de dos semanas la ley que abrirá el mercado interno a la gasolina mezclada con alcohol que ya han comenzado a producir los ingenios azucareros de Santa Cruz, el departamento agrícola y petrolero más rico del país.
"Este anuncio del Gobierno es una muy buena noticia, definitivamente nos debe alegrar a todos los bolivianos, particularmente en Santa Cruz donde tenemos las condiciones suficientes para multiplicar la producción de oleaginosas, principalmente soja", dijo Rodríguez.
A diferencia del etanol extraído de la caña de azúcar que sustituirá principalmente los aditivos fósiles que Bolivia importa para potenciar la gasolina, el biodiésel es producido a partir de aceites vegetales y puede sustituir totalmente al diésel del petróleo.
Agregó que de inmediato son "incalculables" tanto las inversiones y los empleos que implicará la industria del biodiésel como los beneficios medioambientales de la sustitución de un combustible fósil por otro ecológico y renovable.
En el caso del proyecto de etanol, los agroempresarios de Santa Cruz comprometieron una inversión de 1.600 millones de dólares para duplicar los cultivos de caña y producir por lo menos 350 millones de litros en un plazo de cinco años.
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"El pleno uso de biotecnología nos va a permitir más productividad y competitividad (…), esperamos que a corto plazo el Gobierno anuncie medidas para la biotecnología que reclaman especialmente los productores pequeños, para igualar por lo menos a nuestros vecinos productores de soja", afirmó.
La introducción de semillas mejoradas y fertilizantes de alta tecnología es resistida en Bolivia por grupos defensores de la ecología.