"Cinco meses después del asesinato de Marielle Franco aún no tenemos respuestas sobre quién la mató; es grave que se inicie un proceso electoral sin que se descubra quiénes son los responsables del asesinato de una concejala en pleno ejercicio de su mandato y cuáles fueron las motivaciones", resaltó en un comunicado la directora ejecutiva de la organización en Brasil, Jurema Werneck.
La organización teme que cuando empiece la campaña electoral las autoridades e instituciones del sistema judicial "dejen de lado" el caso de forma negligente.
Para Amnistía Internacional, el hecho de que una defensora de los derechos humanos y concejala con la visibilidad que tenía Franco fuera ejecutada "sin una respuesta contundente del Estado brasileño" es muy preocupante y deja a otros defensores de los derechos humanos expuestos a mayores riesgos.
El ministro de Seguridad Pública de Brasil, Raul Jungmann, no desmintió estas informaciones y confirmó que hay políticos involucrados en el caso.
Franco pertenecía al Partido Socialismo y Libertad (PSOL), y centró gran parte de su trabajo en las causas de la población negra, los vecinos de favelas y suburbios, las mujeres y el colectivo LGTB.