La respuesta está en una serie basada en 'El cuento de la criada', una novela de ciencia ficción distópica publicada en 1985 escrita por la canadiense Margaret Atwood. Aún tres décadas después, el libro goza de popularidad, particularmente luego del estreno en 2017 de la ficción en la plataforma audiovisual Hulu.
En el orden de castas que establecen, la mujeres son reducidas a la servidumbre y la procreación, mientras que las libertades personales son recortadas. Para llevar a cabo este plan, el nuevo Estado que bautizan República de Gilead se basa en una interpretación extremista del cristianismo.
En momentos en los que se habla en todo el mundo de polarización política y fundamentalismos de todo tipo y los movimientos femeninos tienen un auge en todo el mundo, este relato cobra popularidad en algunos sectores.
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En la adaptación televisiva del libro, las 'criadas' se visten con la capa roja y la cofia. Lo mismo hacen las manifestantes para representar manera simbólica lo que consideran que podría llegar a pasar con sus derechos.
En Irlanda, EEUU, Costa Rica, Argentina y otros sitios, muchas personas han elegido este símbolo para tomar las calles. Y no es un gesto tirado de los pelos, pues más allá de la literatura, Atwood se ha manifestado explícitamente como una activista por la interrupción voluntaria del embarazo.
Hace algunas semanas, fue protagonista de un cruce con la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti. La jerarca hizo unas polémicas declaraciones acerca de la facilidad de superar el trauma de llevar a término un embarazo no deseado —incluso si es fruto de una violación— y luego dar el bebé en adopción.
"No mire para el otro lado de los miles de muertes que hay cada año por abortos ilegales. ¡Dé a las mujeres argentinas el derecho a decidir! #AbortoLegalYa", expresó en Twitter la escritora canadiense, en respuesta a tales dichos.
Michetti respondió luego en una entrevista con La Nación. Expresó que "lamentablemente para algunas personas", las mujeres son las que pueden "portar al ser humano que se ha concebido", pero otras, como ella, se sienten "privilegiadas" de poder hacerlo.
"No lo considero como una cosa lamentable. (…) Para mí es un don extraordinario que la vida nos dio. Si tuviéramos una sociedad mucho menos individualista y mucho menos yoica, me parece que le daríamos mucho más valor a eso", expresó para fundamentar su postura a favor de la adopción.
El diario UNO Santa Fe consultó a Atwood al respecto del tema. La canadiense remitió un escrito titulado '¿Un Estado esclavista?'. En él, explica que "a nadie le gusta el aborto, incluso cuando es seguro y legal".
"No es lo que ninguna mujer elegiría para festejar un sábado por la noche. Pero a nadie le gusta tampoco mujeres sangrando hasta la muerte en un baño por un aborto ilegal", opina la escritora.
"Nadie está forzando a las mujeres a tener abortos. Nadie tampoco debería obligarlas a someterse a un parto. Fuerce partos si usted quiere, Argentina, pero por lo menos llame a lo forzado por lo que es. Es esclavitud: es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso", concluye Atwood.