"Estos datos que se manejan a través de organismos de derechos humanos, incluida la CIDH [Comisión Interamericana de Derechos Humanos], no han sido depurados, no han sido verificados, simplemente son denuncias que ellos han recibido y van sumando y los datos oficiales que tenemos nosotros, que no es poca cosa tampoco; son 195 fallecidos como resultado de estos enfrentamientos", afirmó Ortega a la cadena de noticias estadounidense CNN.
La no gubernamental Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos informó el 26 de julio en conferencia de prensa que, según sus datos, 448 personas fallecieron en el país desde que comenzaron las protestas.
Por su parte, el secretario Ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, informó el 24 de julio pasado, a través de la red social Twitter, que 295 personas fallecieron desde abril por los enfrentamientos entre los manifestantes, la policía y grupos oficialistas.
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El primer dato del organismo fue difundido luego de su visita in loco a Nicaragua en mayo pasado, cuando informó de 76 fallecidos.
El diálogo nacional entre representantes del Gobierno y de la Alianza Cívica, opositores a la administración de Ortega, comenzó el 16 de mayo pasado, pero fue suspendido poco después por la Comisión de Mediación y Testigo de la Conferencia Episcopal, mediadora en esta instancia, por falta de consenso entre las partes.
Sin embargo, el diálogo fue retomado el 15 de junio pasado luego de que la Conferencia Episcopal recibiera una respuesta del Gobierno a la propuesta de democratización que le había hecho.
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El Gobierno atribuye el derramamiento de sangre en su país a sectores violentos de la oposición que intentan ejecutar un "golpe blando" en su contra, mientras los detractores de Ortega afirman que se debe a la represión de fuerzas oficialistas.