"Abrimos nueve oficinas en diferentes partes del país, lo que es un buen primer paso. Los ciudadanos de Siria que acudan a ellas deben rellenar unas circulares que luego enviamos a las autoridades competentes del Líbano y de Siria", explica a Sputnik uno de los directores de la iniciativa de Hizbulá, el exparlamentario Nawar Sahili.
Cuando se acumula un número suficiente de personas [que desean volver a Siria], "nosotros nos encargamos de todos los preparativos" del viaje, dice.
Destaca que el trabajo que llevan a cabo lo hacen por voluntad propia, porque quieren ayudar a los sirios a volver a casa lo antes posible, pero al mismo tiempo reconoce que mantener a los refugiados le está pasando factura a la economía libanesa y al mercado laboral del país.
"Amamos a nuestro hermanos sirios, pero los libaneses deben descansar de los problemas que se les han venido encima", según Sahili, quien agrega que la iniciativa defiende los intereses de los libaneses.
La población libanesa es de unos seis millones de personas, por lo que la acogida de los refugiados sirios básicamente la aumentó en más de un 25%.
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