"El megaproyecto, que se tenía previsto terminar a fines de este año, ha derivado en un desplazamiento masivo de más de 120.000 personas que el Estado se niega a reconocer, llamándolos damnificados, quienes además temen regresar por un eventual colapso del embalse", dijo Óscar Madrigal, de la Asociación de Mineros de Valdivia (Asomival).
La Asomival, que con otras 14 organizaciones integra la corporación Ríos Vivos Antioquia, viene denunciado desde hace tiempo el riesgo que significa Hidroituango, proyecto hidroeléctrico impulsado por Empresas Públicas de Medellín (EPM).
"EPM no quiere aceptar que esa presa es mejor desmantelarla, ellos quieren terminarla por orgullo, mientras que las comunidades tienen temor de regresar a sus territorios porque sienten que no les están diciendo la verdad", subrayó Madrigal.
Alerta roja
La alerta roja se mantiene desde el 28 de abril, cuando se produjo la primera obstrucción en uno de los túneles de desviación del río Cauca.
Ante esa situación, organismos de socorro advierten que la situación puede prolongarse durante meses o incluso años.
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La Unidad Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres ordenó fortalecer el sistema de alertas tempranas "con la instalación de sirenas y elementos de telecomunicaciones en todos los municipios de influencia del proyecto para que se convierta en soporte y diario vivir de las comunidades".
Amenaza siempre latente
El Gobierno colombiano llegó a sostener que estas medidas constituyen "una forma de preparación en el futuro próximo, dado que las comunidades deberán convivir con la amenaza que representa un proyecto hidroeléctrico como este", cuyo riesgo "siempre va a estar latente".
"Sería deseable suspender dicho paso en el menor tiempo posible, pero evaluando su incidencia sobre la posibilidad de sobrepaso de la presa", fue la recomendación técnica.
Madrigal señaló que las comunidades que permanecen en albergues en la zona urbana del municipio de Valdivia consideran, en base a su ancestral conocimiento del río Cauca, que éste es muy fuerte y que la represa "no va a soportar, es insegura y puede fallar debido a que la montaña sobre la cual está construida está cediendo".
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Aunque EPM es consciente de ese riesgo, "solo le interesa el dinero", pero no las comunidades ribereñas, denunció.
"Somos unas comunidades barequeras (buscadoras de oro) y pescadoras que nunca fuimos tenidas en cuenta ni censadas; EPM dice que en Valdivia no hay barequeros, pero en verdad somos unas 10.000 personas que vivimos de ello y que no somos tenidas en cuenta por la compañía para evitarse el pago de indemnizaciones", aseguró.
Previsión catastrófica
Los daños ambientales son otra de las cuotas que se ha cobrado Hidroituango, cuyos desarrolladores talaron una parte del bosque seco tropical que la circunda e inundaron un área de 79 kilómetros cuadrados sin retirar la capa vegetal, lo cual afectó a las comunidades vecinas.
EPM y el propio Gobierno consideran que el colapso de la represa es el peor escenario.
El ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, sostuvo que caudal del río pasaría de entre 1.300 y 1.700 metros cúbicos por segundo a 263.000 metros cúbicos por segundo; bajaría en forma de una ola de 26 metros de altura que arrasaría primero al corregimiento (aldea) de Puerto Valdivia y seguiría por varias poblaciones ribereñas más.
"La amenaza es el proyecto, tenemos una presa de alto riesgo, porque se puede desplomar", advirtió Murillo a la prensa.
Persecución a las comunidades
Los desplazados y afectados denuncian además presiones y amenazas.
Preguntado acerca de cómo luce actualmente Puerto Valdivia, el caserío más cercano a Hidroituango, Madrigal comentó que "produce lástima" verlo deshabitado por completo.
"Me da nostalgia ver cómo una región que era tan alegre parezca ahora un pueblo fantasma, sin comercio, con apenas dos o tres personas cada tantas cuadras", dijo.
Las alertas se incrementaron con el informe presentado el viernes pasado por expertos de la misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que estudiaron Hidroituango durante dos semanas.
En una larga lista de constataciones preocupantes, la ONU advirtió que el relleno prioritario utilizado en la construcción de la presa no cumple con las prácticas estándar para este tipo de estructuras y alertó sobre el riesgo de que la presa se rompa y genere una gran avalancha.