Aunque el mandatario no estará presente, se estima que sus representantes perseguirán el mismo objetivo: intentar crear alianzas para aumentar su influencia económica en el continente, donde China, su mayor rival comercial, ha ganado terreno maratónicamente, al punto de ser el mayor socio comercial de países como Brasil y Uruguay.
"Yo soy un desconfiado del tema de la guerra. Para mí no solo no hay guerra sino que hay alianza", dijo. A su criterio el monto de las sanciones, especialmente las de China a Estados Unidos, son muy pequeñas como para considerar que habrá una guerra.
"¿Cuánto podría llegar a variar el déficit comercial que tiene los Estados Unidos frente a China? 1, 2, 5% en el mejor de los casos. Es el record de mayor intercambio comercial que haya ocurrido en toda la historia y dentro de eso, el déficit mayor de los Estados Unidos en toda su historia. Es imposible modificar estos números así", apuntó.
Para Ponce, quien se desempeña como director del Centro para el Comercio Exterior del Siglo XXI y fue subsecretario de Industria y Comercio de Argentina, que no haya guerra no implica que no haya heridos.
"Cuando se pelean dos elefantes, lo más perjudicado es el pastito de abajo. Nosotros somos ese pastito de abajo. Tengamos en cuenta que no movemos el amperímetro y sin embargo objetivamente todas las medidas que se adoptan contra China terminan perjudicandonos a nosotros también y con un daño de mayor envergadura que el que le producen a China".
Los excedentes que China no venda a Estados Unidos llegarán a la región a precios bajos que podrían atentar contra las industrias nacionales. Pero no solo eso, los aranceles aplicados a productos como el acero, el biodiesel o el aluminio ya comenzaron a disminuir a grandes exportadores como Argentina Brasil o Canadá, explicó.