"Si hay un ataque por parte de EEUU, pues, de acuerdo con las declaraciones del presidente y el jefe de Estado Mayor, Rusia derribará los misiles de EEUU y las lanzadoras que dispararon estos misiles", declaró Zasypkin en una entrevista con la cadena libanesa Al-Manar.
De este modo, el embajador se refirió a las palabras del alto cargo militar, que en marzo advirtió de que en caso de amenaza para la vida de los militares rusos —constantemente presentes en los edificios gubernamentales de Damasco—, Rusia "tomará medidas tanto contra los misiles como contra los portadores que los empleen".
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La reacción del presidente de EEUU, Donald Trump, a estas declaraciones del embajador ruso no se hizo esperar. En su cuenta de Twitter, el mandatario estadounidense exhortó a que Rusia "se preparara".
"Rusia se compromete a derribar todos los misiles lanzados contra Siria. Prepárate, Rusia, porque vendrán: bonitos, nuevos e 'inteligentes'. No deberías ser la socia de un animal que mata con gas, que aniquila a su gente y disfruta con ello", escribió Trump.
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En la Duma Estatal —Cámara Baja del Parlamento ruso— destacaron que el posible ataque de EEUU contra Siria sería no solo un acto de agresión, sino también un crimen de guerra perpetrado por parte de la coalición formada por los países occidentales.
Anteriormente, Donald Trump acusó a Rusia e Irán de apoyar al presidente sirio, Bashar Asad, después de que el 7 de abril los denominados Cascos Blancos informaran de que un helicóptero había lanzado un barril con una sustancia química sobre la localidad de Duma.
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El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, sostuvo que el supuesto empleo de agentes tóxicos en Duma, del que Occidente acusó al Gobierno de Bashar Asad, era "un montaje".
Desde el Ministerio de Exteriores de Rusia afirmaron que estas denuncias son falsas y buscan justificar una intervención militar en Siria, tal y como pasó hace un año en la provincia siria de Idlib.