"Los temas que marcaron mucho la primera ronda, como el matrimonio igualitario, ya no fueron tan destacados en la segunda; ahora fue más la religión como un todo, la defensa de los valores cristianos, particularmente los católicos, que abrió una nueva fisura y ha marcado los debates y entrevistas en medios de comunicación", explicó Artavia, del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica.
Sin embargo, en las últimas semanas "se han hecho más visibles las diferencias entre los candidatos" a través de sus posturas en materia religiosa, continuó la experta.
Lea más: Empate técnico entre los candidatos a la presidencia en Costa Rica
El postulante evangélico Fabricio Alvarado, de 43 años, del conservador Partido Restauración Nacional y quien logró el 24,7% de los votos el pasado 4 de febrero, "se ha vinculado fuertemente con el neopentecostalismo y eso ha marcado una gran diferencia", pues se le considera un "fundamentalista".
Al ser Chaves considerado el "padre espiritual" del candidato evangélico, "existe un fuerte temor de que sea el pastor el verdadero poder detrás de Fabricio Alvarado, y esa vinculación con las iglesias neopentecostales es considerada como peligrosa" por muchos votantes, explicó Artavia.
"A partir de ese artículo de La Nación empieza a haber preocupación entre sectores que dieron su voto a Fabricio en la primera ronda atraídos por su defensa de los valores familiares y cristianos", añadió.
Estado laico
En cuanto al candidato oficialista del Partido Acción Ciudadana, Carlos Alvarado, de 38 años, quien consiguió el 21,7% de los apoyos en la primera vuelta de las elecciones, al ser partidario de un Estado laico, "aunque sin abandonar los valores cristianos", se le intentó tildar de ateo en esta campaña, indicó la experta.
Escuche: Evangelismo radical, izquierda y conservadurismo: la impredecible recta final en Costa Rica
Sin embargo, aseguró Artavia, tras la publicación del artículo en La Nación sobre el pastor Rony Chávez, la estrategia del candidato oficialista cambió.
"Carlos Alvarado empezó a perfilar mejor su discurso y comenzó a defender la familia, pero no solo la tradicional a la que hace referencia Fabricio Alvarado, formada por padre, madre e hijos, sino una más diversa, pues también hay muchos hogares en el país liderados por mujeres que se han quedado solas, y existen otros de diversa composición", continuó la politóloga.
"Levantó las banderas del respeto hacia las familias diversas, en una lógica de qué es lo que Costa Rica ha defendido durante hace años, lo que representa hacia fuera, cuáles son las luchas que ha dado", indicó, por lo que líderes de otros partidos políticos se sumaron en las últimas semanas a ese nuevo lema de campaña impulsado por Carlos Alvarado con el objetivo de "votar por una Costa Rica diversa, respetuosa, tolerante e inclusiva y eso ha calado en la ciudadanía", añadió.
Una encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica publicada el pasado 23 de marzo, pronosticó un empate técnico entre ambos postulantes: Fabricio Alvarado alcanzó un 43% en intención de voto y Carlos Alvarado obtuvo un 42%.
Lea tamién: Poder electoral en Costa Rica saluda afluencia "importante" en comicios generales
Este 1 de abril alrededor de 3,3 millones de personas están llamadas a votar para elegir al presidente de los próximos cuatro años, e independientemente de quién sea el ganador, algunos de los retos a los que se enfrentará el nuevo mandatario será lograr una reducción del déficit fiscal, generar empleo y reducir la pobreza.