Quienes pueden acabar inmiscuyéndose son dirigentes de la Unión Europea con nombre y apellidos, como el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, quien hace poco reveló a la prensa lo que le quita el sueño.
"Las primeras semanas de marzo van a ser muy importantes para la Unión Europea. Se va a celebrar un referéndum [para aprobar el pacto de gobierno entre el SPD y la CDU] en Alemania, además de elecciones en Italia. Lo que me preocupa son los resultados de los comicios italianos. Es menester [de la UE] estar preparada para un escenario en el que no se pueda formar Gobierno y que [el que salga de las urnas] sea temporal", fueron las palabras del presidente de la Comisión.
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Así que si las palabras de Juncker han conseguido demostrar algo, es que los miembros de la UE "no han aprendido nada" de la salida del Reino Unido de la Unión, prosigue Fontana.
"Cuanto más intentan las autoridades de la UE influir en la opinión de la ciudadanía de sus países miembros, mayores son las desavenencias de la gente. Esperemos que esta situación acabe cuanto antes. ¡Los objetivos de la élite de tecnócratas de la UE no coinciden con los intereses de los italianos!", señala Fontana.
Los italianos ya saben cuáles fueron los grandes logros que se alcanzaron durante los Gobiernos de Mario Monti (2011-2013) y de Enrico Letta (2012-2014), continúa: "El agotamiento de la economía, estragos en el ámbito social, la reducción en la producción de bienes 'Made in Italy', el cese de las actividades de la industria de la construcción y, como resultado, el suicidio de docenas de empresarios del país".
Un sondeo realizado a mediados de enero por el 'Corriere della Sera' muestra que, actualmente, la coalición liderada por Silvio Berlusconi se llevaría el 35,9% de los sufragios, en tanto que el segundo lugar lo ocuparía el Movimiento 5 Estrellas (M5S) que encabeza Beppe Grillo con el 28,7%, y, en tercera posición, el gobernante Partido Demócrata (PD), con el 23% de intención de voto.
"Alemania tardó varios meses en formar gobierno y, durante ese tiempo, nadie se atrevió a decir que su ausencia podía debilitar la UE. En Italia, la situación es completamente distinta. Especialmente si se tienen en cuenta las encuestas que dicen que los partidos euroescépticos superan a sus rivales", advierte Fontana. Y es que el comportamiento que viene definiendo a la Unión Europea durante los últimos años no hace otra cosa que alimentar ese euroescepticismo.
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