"Las empresas indican que el daño no es de gran magnitud. Solamente se hicieron cargo del derrame que hubo en la quebrada, pero no del río Urubamba, que es donde desemboca Kemariato. Las comunidades de la zona consumen el pescado del río. Hay casi 15.000 personas que tienen temor de comer ese alimento", explicó a Sputnik Ismael Hernández, presidente de la Central de Comunidades Nativas Matsigenka Juan Santos Atahuallpa (Ceconama).
Además del daño ambiental y social, la mortandad de los peces también ha generado gran incertidumbre en la población: "Hasta la fecha no tenemos informes ni resultados de las autoridades del Estado que digan que podemos consumir el pescado", dijo Hernández.
Los pobladores piden a la empresa que que se reparen los daños causados en el río e indemnice a los nativos financiando proyectos productivos, por ejemplo un gran proyecto "de crianza de peces".
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Hasta que no haya novedades, Ceconama y las comunidades de las zonas aledañas profundizarán las medidas de lucha adoptadas en reclamo del respeto por sus derechos, "que también son ambientales", agregó.
Por el momento, los pobladores mantienen paralizado el flujo fluvial. En caso de no lograr un acuerdo, Hernández advirtió que tomarán los aeródromos locales, cortando toda comunicación con el exterior, además de cerrar las válvulas de gas de los lotes circundantes de la empresa.