El expresidente enfrenta más de 700 causas judiciales que lo vinculan con delitos de corrupción. Entre otras cosas, se lo acusa de vender armas por sumas millonarias a una compañía francesa y remodelar su mansión con dineros públicos. Además, se le imputan contratos de obra ilícitos con la empresa india Gupta.
Para Freixa, esta situación, sumada a los malos indicadores sociales y económicos del país y las fuertes demandas de la sociedad civil, devinieron en que su propio partido le perdiera "la paciencia".
"También se agregó el problema de los aranceles y las matrículas de las Universidades que fue otro movimiento de protestas que aumentó la tensión de la opinión pública. Hay varios frentes por los que Zuma perdió respaldo de su partido, de los partidos aliados del ANC y de buena parte de la sociedad", sostuvo Freixa.