"En realidad creo que todos los problemas vinculados con el archipiélago en disputa pueden ser solucionados económicamente. [Es necesario] crear zonas especiales económicas y [entonces] a nadie le importaría con qué pasaporte los ciudadanos [de uno u otro país] entran en ese territorio", expuso.
La región del archipiélago de las Kuriles necesita disponer de posibilidades de desarrollarse en el campo económico, lo que supone la creación de dichas zonas, precisó.
"En estos casos hay que posibilitar el desarrollo de los negocios, que debe llevarse a cabo en condiciones de impuestos mínimos. Solo entonces las islas empezarán a 'vivir'. De ahí que a nadie le preocupe a quién pertenecen", concluyó.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, acordaron en diciembre de 2016 dar inicio a las conversaciones sobre la actividad económica conjunta en las Kuriles del sur, que Tokio reclama a Moscú.
Lea también: Candidato presidencial ruso: "Mi corazón está con América Latina"
Durante décadas, Tokio ha condicionado la firma de este documento a la recuperación de las islas Iturup, Kunashir, Shikotán y Habomái, conocidas por los nipones como 'territorios del norte'.
Japón se escuda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia el 7 de febrero de 1855.
Más aquí: Erizos de mar y turismo, dos 'mediadores' para acabar con el litigio de las Kuriles
Moscú, a su vez, subraya que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética por acuerdos internacionales al término de la Segunda Guerra Mundial y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS. De acuerdo con las autoridades rusas, la disputa territorial es un tema cerrado, dado que las ínsulas les pertenecen.