Un avión de ataque ruso Su-25 fue siniestrado el 3 de febrero con un lanzamisiles portátil en la provincia noroccidental siria de Idlib, el piloto se eyectó pero murió al enfrentarse con los terroristas.
Más tarde, el Ministerio de Defensa de Rusia informó de la muerte de más de 30 terroristas en una represalia lanzada con armas de alta precisión en una zona de Idlib bajo el control Frente al Nusra (también conocido como Fatah al Sham, proscrito en Rusia), de donde se había sido lanzado el misil.
"Por supuesto, este acontecimiento trágico (el derribo del Su-25 ruso) fue seguido por unas acciones decididas para poner atajar las actividades de los terroristas", señaló Peskov.
Además, el portavoz del Kremlin indicó que le preocupa a Rusia que los terroristas tienen en sus manos sistemas de defensa antiaérea portátiles porque presentan "un gran peligro para todos los Estados".
Al mismo tiempo, Peskov advirtió que "sin contar con información precisa de dónde y cómo este lanzamisiles portátil y otros que tienen los terroristas llegan a Siria, se debe hacer declaraciones al respecto con mucho cuidado".
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En Ucrania los incendios en almacenes de armas son más o menos habituales y hay voces que denuncian que se producen como forma de enmascarar las ventas de equipamiento militar en el mercado negro.
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