El principal socio de China en este asunto, por supuesto, será Rusia, que está desarrollando activamente la Ruta del Mar del Norte, opina Samofálova. Es muy probable que los éxitos de la Ruta del Mar del Norte hayan inspirado a Pekín a crear la Ruta de la Seda Polar, añade. En diciembre del año pasado, Vladímir Putin invitó a China a unir la Ruta Marítima del Norte con la de la Seda.
"China aprovecha cualquier oportunidad económicamente prometedora. El país analizó los éxitos de Rusia, evaluó el potencial de la Ruta Marítima del Norte y creó el concepto de su propia participación en el desarrollo de este espacio", explicó al medio el primer vicepresidente de la Unión de Ingenieros rusos Iván Andrievski.
La principal ventaja de la Ruta Marítima del Norte, según la columnista, es que permite reducir considerablemente el tiempo de transporte de las cargas en comparación con las rutas del sur a través de los canales de Suez o Panamá.
En general, esta ruta es extremadamente atractiva para el gigante asiático, subraya la periodista. China es uno de los principales actores en el ámbito del comercio exterior y el mayor consumidor de recursos energéticos. Por lo tanto, el uso de las rutas marítimas y los recursos naturales del Ártico puede tener un gran impacto en la estrategia energética y el desarrollo económico de China. La Ruta Marítima del Norte permitirá a China entregar más rápido cargamentos a Europa, reducir el trayecto en un 20-30% y también ahorrar el combustible y los recursos humanos. Dado que el 90% de los productos chinos se entregan por vía marítima, el desarrollo de la Ruta de la Seda Polar promete a Pekín un serio ahorro y un crecimiento de los beneficios, analiza Samofálova.
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"China, por supuesto, persigue sus propios intereses e intenta ahorrar en transporte, por lo que el volumen de cargas chinas por la Ruta Marítima del Norte está creciendo. Algunos incluso ven una amenaza en esta expansión. Teóricamente, puede haber conflictos en el futuro con un mayor deshielo y un crecimiento de las ambiciones militares de China. Pero por el momento estas amenazas son exageradas", opina, por su parte, Andrievski.
"Lo importante es que China invierta en el desarrollo de la Ruta del Mar del Norte. Es un socio importante de Rusia, que necesita comercio, tránsito, minerales. La opción más sensata para Rusia hoy en día es cooperar con China en el desarrollo de esta Ruta, el Ártico y sus propias tecnologías. Pues eso es justo lo que está haciendo Rusia", agrega.
"Rusia necesita desarrollar sus propias instalaciones de producción para la producción de naves y buques cisterna para el hielo. El interés en la Ruta Marítima del Norte seguirá creciendo, por lo aumentará la demanda de equipamiento", dice. Cabe señalar que justo con este objetivo —el de desarrollar naves para el hielo— Rusia está construyendo el enorme astillero Zvezda en el territorio de la región de Primorie.
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Para Rusia, es importante no solo la carga china a través de la Ruta Marítima del Norte, sino también el deseo de los socios asiáticos de invertir en el desarrollo de la navegación y la infraestructura de una ruta bastante complicada. El descubrimiento conjunto del potencial de la Ruta Marítima del Norte como una parte importante de la Ruta de la Seda será un excelente impulsor para el desarrollo de la economía rusa, concluye Andrievski.