"Si la oposición gana en Uruguay habría un ajuste fiscal (...) y una condena al Gobierno de (Nicolás) Maduro. Uruguay no jugaría más el papel de mediador entre las partes, sino que apoyaría al líder opositor Juan Guaidó", dijo Cardarello, profesor e investigador de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.
Este pequeño país sudamericano elegirá presidente, vicepresidente y a los miembros de su Parlamento bicameral el próximo 27 de octubre.
El Frente Amplio llegó al Gobierno en 2005 y en sus tres administraciones consecutivas impulsó, gracias a mayorías parlamentarias, cambios considerados de avanzada, como la aprobación del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, la regulación del cultivo y consumo de marihuana, la negociación colectiva de los salarios y el aumento del gasto público social por habitante.
No obstante, los comicios de octubre se le presentan como los más difíciles de los últimos 15 años, según las encuestas, que reflejan una pérdida de votantes acaso por los temas que más le recrimina la oposición: sus políticas en materia de educación y de seguridad ciudadana, y un déficit fiscal de 4,8% del producto interno bruto (PIB).
Esos porcentajes no le permitirían a Martínez ganar en primera vuelta y, como colorados y nacionalistas (también conocidos como "blancos") han tradicionalmente votado juntos en el balotaje por considerarse de la misma "familia ideológica", las chances del Frente Amplio se ven reducidas respecto de elecciones previas.
Recorte "no radical"
Cardarello explicó que el discurso de la oposición ha estado centrado en equilibrar las cuentas públicas, por lo que de ganar inevitablemente realizaría un ajuste, aunque este no sería radical, según su opinión.
Por otro lado, el analista opinó que en caso de que gane la oposición no se eliminarían las políticas sociales impulsadas por el Frente Amplio, pero lo que sí podría ocurrir es un recorte en el presupuesto destinado a algunos programas.
"No me parece que haya un corte radical. Por lo menos, los partidos de la oposición se comprometieron a decir que no va a haber un recorte drástico del gasto público social, ni van a eliminar el Ministerio de Desarrollo Social", señaló el especialista.
En materia de relaciones laborales, consideró que la oposición no dejará de convocar a los Consejos de Salarios (órganos conformados por trabajadores, el Estado y el sector privado para fijar categorías de sueldos y beneficios), pero admitió que podría realizarle algunos cambios.
Adelantó que se propone ahorrar 900 millones de dólares al año pero sin dejar de cumplir "ninguna función esencial".
Por su parte, Talvi propuso en mayo de este año bajar el déficit fiscal a 2,5% del PIB y ahorrar en gasto del Estado unos 1.000 millones de dólares anuales, así como "modernizar" los Consejos de Salarios.
Cardarello sostuvo que existen pocas diferencias ideológicas entre Talvi y Lacalle Pou, ya que ambos se han centrado en proponer un equilibrio de las cuentas fiscales y en combatir la inseguridad ciudadana.
"Tienen la misma visión macro de que hay que dejar actuar más al mercado y que el Estado sea menos regulador en las actividades (...) Por tanto, no habría demasiadas diferencias", agregó.
Relaciones con Venezuela
En el ámbito internacional, Cardarello dijo que en caso de que gane la oposición habría una condena expresa al Gobierno de Nicolás Maduro, y Uruguay dejaría de tener una "posición neutral".
Sin embargo, consideró que Uruguay no promoverá una política de intervención militar, por su tradición histórica.
El 23 de enero el Gobierno de Estados Unidos declaró que desconocía el mandato del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y en su lugar reconoció al opositor Juan Guaidó quien se autoproclamó aquel día como presidente encargado del país.