El 25 de agosto estallaron protestas a nivel nacional. Manifestantes vestidos de oscuro lanzaron piedras y encendieron fuegos artificiales contra la Policía antidisturbios mientras intentaban asaltar el Parlamento de Indonesia en la capital, Yakarta.
Los manifestantes, en su mayoría estudiantes de la ciudad de Yogyakarta, exigieron que los parlamentarios aceptaran una reducción salarial, según Gejayan Memanggil, uno de los grupos organizadores.
El Gobierno aprobó un subsidio mensual de vivienda de 50 millones de rupias (3.000 dólares) para cada diputado, un pago que los críticos dijeron que era desproporcionado en relación con las dificultades que enfrentan la mayoría de los indonesios.
Los manifestantes sostienen que los salarios del Gobierno contradicen las promesas de austeridad estricta y gasto eficiente del mandatario Prabowo Subianto.
Organizaciones no gubernamentales locales, como Indonesia Corruption Watch (ICW), el Indonesian Institute y el Foro Indonesio para la Transparencia Presupuestaria, criticaron los ingresos de los políticos.
Los disturbios se intensificaron el 29 de agosto tras la muerte de un conductor de mototaxi durante una acción policial en una protesta.
El presidente indonesio canceló su viaje a China debido a las protestas a nivel nacional.
En una conferencia de prensa el 31 de agosto, Prabowo reconoció la indignación pública, prometiendo recortes en las asignaciones de los legisladores y una moratoria en los costosos viajes al extranjero.
