¿Qué le depara al progresismo chileno tras la destitución de la senadora Isabel Allende Bussi?
¿Qué le depara al progresismo chileno tras la destitución de la senadora Isabel Allende Bussi?
Sputnik Mundo
La reciente destitución de la senadora socialista Isabel Allende Bussi por parte del Tribunal Constitucional (TC) de Chile ha generado una tormenta política... 10.04.2025, Sputnik Mundo
Para comprender las implicaciones de este acontecimiento, el analista político chileno Patricio Mery Bell ofreció un análisis para Sputnik sobre las decisiones del Gobierno de Gabriel Boric y sus consecuencias en el panorama político de esa nación.La legisladora Allende Bussi fue removida de su cargo el 3 de abril por el Tribunal Constitucional chileno, que dictaminó, con ocho votos a favor y dos en contra, que había violado la Constitución al intentar vender al Estado una propiedad familiar destinada a ser un museo.La casa, ubicada en Guardia Vieja 392, Providencia, Santiago, perteneció al expresidente Salvador Allende y su familia desde 1953 hasta 1971.Esta decisión ha provocado profundas repercusiones en el Partido Socialista y en la alianza gubernamental, revelando conflictos internos y poniendo en duda la capacidad de Boric para gestionar sus alianzas políticas.Al evaluar este hecho, Mery Bell sostiene que el presidente Boric "está destruyendo a la izquierda y se hace autogoles innecesarios. No solo por la fallida compra de la casa del expresidente Salvador Allende, que culminó con la salida de dos ministras y la propia destitución de la senadora Allende, sino porque no es la primera vez que termina culpando a otros por sus actos y decisiones".El analista recuerda el apoyo del mandatario chileno a Volodímir Zelenski y al batallón Azov*, decisiones que, a su juicio, pusieron en tensión a todo el sector progresista. "Apoyar al gobierno de Ucrania fue una decisión compleja que expuso a Chile. Los partidos que gobiernan con Boric en Chile estarían prohibidos en Kiev", afirma.Contradicciones en el discurso de unidadLa destitución de Allende parece contradecir el discurso oficialista de unidad frente a la derecha. Mery Bell atribuye esta incoherencia al "comportamiento errático y cambiante del presidente Boric". Recuerda que el mandatario comenzó gobernando con el Frente Amplio y el Partido Comunista, citando que haría grandes reformas, pero terminó alineándose con la centroizquierda y actores internacionales como la NED, USAID y el expresidente estadounidense Joe Biden. Este episodio ocurre en un año clave para definir candidaturas de cara a 2026. Aunque el escaño de Allende será ocupado por otro miembro designado por el Partido Socialista, las tensiones internas podrían afectar la posibilidad de una "lista única" parlamentaria o primarias unificadas. Mery Bell advierte que estas intrigas palaciegas "rompen las confianzas y exponen tensiones internas en la opinión pública".La oposición, aunque enfrenta sus propios desafíos, podría beneficiarse de estos errores del Gobierno. "La derecha en Chile tiene cuatro precandidatos presidenciales y se está instalando una sensación de vacío de poder que puede promover populismos y propuestas fascistas de ultraderecha", alerta Mery Bell.Además, señala que la agenda pública, controlada por los grandes medios, construye sensaciones de incertidumbre, factores que se ven amplificados por la incapacidad del Gobierno para manejar crisis comunicacionales y políticas.Pugna ideológicaAlgunos críticos interpretan la destitución de Allende como una pugna por el control de la narrativa progresista, incluso a costa de aliados. Mery Bell sale al paso de esta afirmación."La Administración de Boric tiene dos almas: una liberal progresista, forjada por los partidos Socialista y por la Democracia, así como una parte del Frente Amplio, que se conforman con administrar el modelo neoliberal. La otra busca ampliar los derechos sociales y profundizar un incipiente Estado de Bienestar, liderada por el Partido Comunista y algunos disidentes del Frente Amplio. La situación en general dentro del progresismo es cambiante, zigzagueante y poco clara", observa.Ante la interrogante sobre si la ciudadanía pudiese percibir estos conflictos internos como una lucha de poder más que como proyectos transformadores desconfiando de las futuras alianzas políticas, el especialista considera que la unidad del oficialismo se resolverá en las primarias presidenciales, pero advierte que eso no garantiza una cohesión real. "Para ser justos, la molestia social es contra todo un sistema abusador, corrupto y desigual. Es solo cosa de ver los últimos casos de lawfare, corrupción judicial e inestabilidad", apunta Mery Bell.Destaca el analista que podrían existir dentro de las fuerzas progresistas "más de 10 candidaturas presidenciales, lo que habla del desorden en que deja el presidente Boric al país, quien no ha logrado ser el líder de una izquierda amplia y pluralista. "Para construir grandes cambios estructurales dentro de Chile se requiere combinar movilización y organización social y pragmatismo político. En el equilibrio de ambos caminos se juega el futuro de toda la izquierda chilena y en eso, nuevos partidos tendrán mucho que decir en este año electoral", concluye.*Grupo extremista proscrito en Rusia
La reciente destitución de la senadora socialista Isabel Allende Bussi por parte del Tribunal Constitucional (TC) de Chile ha generado una tormenta política que sacude los cimientos del oficialismo y plantea serias interrogantes sobre el futuro de las alianzas progresistas, esto de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Para comprender las implicaciones de este acontecimiento, el analista político chileno Patricio Mery Bell ofreció un análisis para Sputnik sobre las decisiones del Gobierno de Gabriel Boric y sus consecuencias en el panorama político de esa nación.
La legisladora Allende Bussi fue removida de su cargo el 3 de abril por el Tribunal Constitucional chileno, que dictaminó, con ocho votos a favor y dos en contra, que había violado la Constitución al intentar vender al Estado una propiedad familiar destinada a ser un museo.
La casa, ubicada en Guardia Vieja 392, Providencia, Santiago, perteneció al expresidente Salvador Allende y su familia desde 1953 hasta 1971.
La Constitución chilena prohíbe explícitamente que parlamentarios suscriban contratos con el Estado. Aunque la transacción no llegó a concretarse, el TC consideró que la sola participación de la senadora en el proceso constituía un incumplimiento constitucional suficiente para destituirla.
Esta decisión ha provocado profundas repercusiones en el Partido Socialista y en la alianza gubernamental, revelando conflictos internos y poniendo en duda la capacidad de Boric para gestionar sus alianzas políticas.
Al evaluar este hecho, Mery Bell sostiene que el presidente Boric "está destruyendo a la izquierda y se hace autogoles innecesarios. No solo por la fallida compra de la casa del expresidente Salvador Allende, que culminó con la salida de dos ministras y la propia destitución de la senadora Allende, sino porque no es la primera vez que termina culpando a otros por sus actos y decisiones".
El analista recuerda el apoyo del mandatario chileno a Volodímir Zelenski y al batallón Azov*, decisiones que, a su juicio, pusieron en tensión a todo el sector progresista. "Apoyar al gobierno de Ucrania fue una decisión compleja que expuso a Chile. Los partidos que gobiernan con Boric en Chile estarían prohibidos en Kiev", afirma.
La destitución de Allende parece contradecir el discurso oficialista de unidad frente a la derecha. Mery Bell atribuye esta incoherencia al "comportamiento errático y cambiante del presidente Boric".
Recuerda que el mandatario comenzó gobernando con el Frente Amplio y el Partido Comunista, citando que haría grandes reformas, pero terminó alineándose con la centroizquierda y actores internacionales como la NED, USAID y el expresidente estadounidense Joe Biden.
"Llegó prometiendo cambios profundos y se irá siendo un administrador más del modelo neoliberal instalado a la fuerza por la sangrienta dictadura de Pinochet", sentencia.
Este episodio ocurre en un año clave para definir candidaturas de cara a 2026. Aunque el escaño de Allende será ocupado por otro miembro designado por el Partido Socialista, las tensiones internas podrían afectar la posibilidad de una "lista única" parlamentaria o primarias unificadas. Mery Bell advierte que estas intrigas palaciegas "rompen las confianzas y exponen tensiones internas en la opinión pública".
La oposición, aunque enfrenta sus propios desafíos, podría beneficiarse de estos errores del Gobierno.
"La derecha en Chile tiene cuatro precandidatos presidenciales y se está instalando una sensación de vacío de poder que puede promover populismos y propuestas fascistas de ultraderecha", alerta Mery Bell.
Además, señala que la agenda pública, controlada por los grandes medios, construye sensaciones de incertidumbre, factores que se ven amplificados por la incapacidad del Gobierno para manejar crisis comunicacionales y políticas.
Algunos críticos interpretan la destitución de Allende como una pugna por el control de la narrativa progresista, incluso a costa de aliados. Mery Bell sale al paso de esta afirmación.
"La Administración de Boric tiene dos almas: una liberal progresista, forjada por los partidos Socialista y por la Democracia, así como una parte del Frente Amplio, que se conforman con administrar el modelo neoliberal. La otra busca ampliar los derechos sociales y profundizar un incipiente Estado de Bienestar, liderada por el Partido Comunista y algunos disidentes del Frente Amplio. La situación en general dentro del progresismo es cambiante, zigzagueante y poco clara", observa.
Ante la interrogante sobre si la ciudadanía pudiese percibir estos conflictos internos como una lucha de poder más que como proyectos transformadores desconfiando de las futuras alianzas políticas, el especialista considera que la unidad del oficialismo se resolverá en las primarias presidenciales, pero advierte que eso no garantiza una cohesión real.
"Existe descontento y heridas internas en todos los partidos y movimientos. Las críticas internas y externas al Gobierno de Boric se profundizan", señala.
"Para ser justos, la molestia social es contra todo un sistema abusador, corrupto y desigual. Es solo cosa de ver los últimos casos de lawfare, corrupción judicial e inestabilidad", apunta Mery Bell.
Destaca el analista que podrían existir dentro de las fuerzas progresistas "más de 10 candidaturas presidenciales, lo que habla del desorden en que deja el presidente Boric al país, quien no ha logrado ser el líder de una izquierda amplia y pluralista.
"Optó por el pragmatismo y el personalismo de una agenda poco clara y caótica", sin embargo, el analista pondera que, aunque existe "molestia interna dentro de los partidos, la posibilidad de tener un nuevo gobierno de centroizquierda pesará más que las diferencias".
"Para construir grandes cambios estructurales dentro de Chile se requiere combinar movilización y organización social y pragmatismo político. En el equilibrio de ambos caminos se juega el futuro de toda la izquierda chilena y en eso, nuevos partidos tendrán mucho que decir en este año electoral", concluye.
*Grupo extremista proscrito en Rusia
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