El Estado ficticio de Kailasa pretende crear una nación hindú en la Amazonía boliviana
01:55 GMT 25.03.2025 (actualizado: 07:17 GMT 25.03.2025)
© AP Photo / Juan KaritaLa Amazonía de Bolivia (imagen referencial)

© AP Photo / Juan Karita
Síguenos en
Estados Unidos de Kailasa es una nación ficticia creada en 2019 por el gurú Nithyananda Paramashivam, que es requerido por la justicia de su India natal, donde lo denunciaron por los delitos de secuestro y violación. Los integrantes de la secta religiosa que dirige aseguran que compraron una isla en Ecuador, pero el Gobierno de ese país lo niega.
En los últimos años, representantes del líder indio han recorrido varios países de América Latina para adquirir su tierra prometida. Casi encontraron su lugar en la Amazonía boliviana, pero el acuerdo cayó cuando se hizo público.
Personeros de la supuesta nación de Kailasa llegaron a acuerdos con tres pueblos indígenas amazónicos: los Cayubaba, los Esse Ejja y los Baure, en los departamentos de Beni y Pando. Según los documentos firmados, acordaron administrar a discreción más de 500.000 de hectáreas por un plazo de 1.000 años (renovables), por diferentes sumas, según las capacidades negociadoras de cada dirigente indígena.
Este negociado fue denunciado por una investigación del diario El Deber, de Santa Cruz de la Sierra, que presentó los documentos firmados por los dirigentes amazónicos y los referentes de la secta. El Gobierno de Luis Arce se pronunció este 21 de marzo con un comunicado de la Cancillería, según el cual no existen relaciones diplomáticas con la supuesta nación.
"El Estado Plurinacional de Bolivia no mantiene relaciones diplomáticas con la presunta nación 'Estados Unidos de Kailasa' que, además, no se encuentra reconocida como Estado por ningún otro actor de la comunidad internacional en el marco de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961", dice el comunicado gubernamental.
COMUNICADO 21-03-2025 (Sobre los “Estados Unidos de Kailasa”)
— Cancillería de Bolivia 🇧🇴 (@MRE_Bolivia) March 21, 2025
🔗 https://t.co/P2t7J5T6c2#DiplomaciaDeLosPueblos #PorLaVida #UnidosRumboAlBicentenario pic.twitter.com/XPk271R7sF
Quedan varios interrogantes. ¿Para qué quiere Kailasa tantos miles de hectáreas en la Amazonía? ¿Se formalizaron los pagos comprometidos en los documentos? ¿Tienen alguna validez jurídica los acuerdos suscritos?
Sputnik dialogó con la periodista Silvana Vincenti, quien se encargó de destapar este extraño negociado. Comentó que dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) le pasaron los documentos. Cuando los leyó, "pensé que me lo estaba imaginando. Parecía irreal", especialmente las condiciones que figuran en los acuerdos.
Una nación imaginaria
Los representantes de Kailasa aseguraron que la nación cuenta con 2.000 millones de habitantes, también tendría bandera, Constitución, banco central y pasaporte, pero no cuenta con reconocimiento de las Naciones Unidas.
Según el folclore aprobado por Nithyananda, la nación de Kailasa tenía territorios muchos años atrás, pero fueron cubiertos por el mar debido al cambio climático.
Hasta donde se sabe, la supuesta nación prospera gracias a las donaciones realizadas por sus ciudadanos o quienes pretenden vivir en esta moderna utopía.
Con el pueblo Baure, los representantes de Kailasa firmaron un acta en septiembre de 2024 para obtener la tuición sobre 60.000 hectáreas del territorio indígena por 108.000 dólares anuales. Vincenti comentó que se acordó realizar un primer pago con la firma. Pero los dirigentes lo niegan. "Este arrendamiento es por un período de 1.000 años, que se renovará automáticamente y perpetuamente", dice el contrato que difundió la periodista.
Un segundo acuerdo se realizó con el pueblo Cayubaba, para otorgar "una concesión perpetua e irrevocable de 31.000 hectáreas de terreno", con la supuesta finalidad de destinarlas "a la conservación de la biodiversidad endémica", por un pago anual de 55.800 dólares.
Un tercer contrato, firmado en noviembre de 2024, fue por la tierra que el pueblo Esse Ejja posee en el Territorio Indígena Multiétnico (TIM) 2, situado entre los departamentos de Pando y Beni. Les cedieron 390.000 hectáreas por un monto anual de 28.107 dólares.
Según estos documentos, Kailasa establecerá en los territorios su propio sistema jurídico, controlará el espacio aéreo, exigirá exenciones fiscales y manejará instalaciones con soberanía plena. Los indígenas, por su parte, tienen la obligación de otorgarles agua potable, electricidad e Internet, entre otros servicios.
En el territorio Cayubaba ya se habían instalado tres ciudadanos de Kailasa, quienes según los locales pertenecen realmente a Estados Unidos. Comentaron que los ajenos no tenían mucho intercambio con la comunidad y solamente se dejaban ver cuando practicaban yoga al aire libre.
Las autoridades del municipio beniano de Exaltación, donde está el territorio, los invitaron para informarse sobre las condiciones del acuerdo. Los de Kailasa habrían intentado huir en bote por el río, pero los comunarios los retuvieron y llamaron a la Policía, que finalmente llegó y trasladó a los extranjeros a la ciudad de Trinidad.
Desde la CIDOB solicitaron la expulsión de los integrantes de esta secta. Aseguraron que también están en negociaciones para arrendar territorios del pueblo Guaraní, en el sur del país. Pidieron al Gobierno nacional que realice las investigaciones necesarias.
Teóricamente, los documentos suscritos no tienen validez porque la Cancillería boliviana no reconoce a los Estados Unidos de Kailasa. Pero a Vincenti le resultó llamativo que todos los acuerdos estuvieran notariados. La pretensión última de los personeros de la nación ficticia era contar con la validación del Estado Plurinacional.
¿Cuál sería el negocio? Según el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), por detrás se estaría moviendo el mercado de carbono, que fue avalado en Bolivia por una sentencia judicial de 2024. Este modelo ideado en las Naciones Unidas propone que diversos bosques del mundo reciban dinero por conservarlos intactos, como generadores de oxígeno. El pago provendría de empresas de naciones industrializadas, que podrían seguir contaminando a cambio de la adquisición de estos llamados "bonos de carbono".
Según los contratos, Kailasa pagaría hasta 1,80 dólares por hectárea alquilada, mientras en el mercado internacional se llega a pagar hasta 35.000 dólares por hectárea conservada, comentó Vincenti.

No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.