Maduro respalda a Petro en una cruzada contra el espionaje masivo de Pegasus
Maduro respalda a Petro en una cruzada contra el espionaje masivo de Pegasus
Sputnik Mundo
La investigación en curso por parte del Gobierno colombiano sobre el uso del 'software' espía Pegasus, adquirido presuntamente durante la Administración de... 31.10.2024, Sputnik Mundo
La denuncia, respaldada públicamente por el presidente Nicolás Maduro, quien manifestó su solidaridad con Petro y su llamado a una región libre de espionaje, subraya la gravedad de las tecnologías de vigilancia que, según alertan ambos mandatarios, representan una amenaza directa a la soberanía y estabilidad de los países de América Latina.Desde Colombia, el senador del Partido de la U, Antonio Correa, durante una entrevista radial consideró necesaria una Cumbre de Seguridad “entre México, Colombia y Venezuela para determinar quién fue la persona y cuál fue la entidad que llevó los once millones de dólares para esa transacción financiera y en efectivo a Israel”, explicó."Estamos desnudos ante esta tecnología"En entrevista con Sputnik, Victor Theoktisto, doctor en computación y docente de la Universidad Simón Bolívar, ahondó en los peligros de Pegasus y en su alcance técnico, el cual considera “una amenaza sin precedentes para la privacidad y la soberanía”. Este software permite que dispositivos móviles sean intervenidos de manera subrepticia, sin necesidad de que el usuario realice acción alguna. La implementación de Pegasus, que según NSO Group está destinada exclusivamente a agencias gubernamentales, ha sido objeto de controversias en varios países, que lo han utilizado para espiar tanto a figuras políticas como a ciudadanos críticos. En este contexto, Theoktisto subraya que el acceso masivo a redes sociales y aplicaciones de mensajería permite que el software extraiga conversaciones, llamadas, datos de ubicación y otros contenidos privados. “En este caso, la vigilancia masiva ni siquiera queda en manos de los propios gobiernos compradores”, advierte el experto. “Dada la conexión de NSO con diversas agencias de inteligencia, esos datos podrían terminar en bases de información occidentales”.Una cumbre bajo la sombra del espionajeTheoktisto al respecto de la propuesta hecha por Colombia de avanzar en una cumbre de seguridad, advirtió sobre la posibilidad de que el mismo evento sea vigilado con herramientas similares. “Lo más seguro es que esta cumbre sea espiada también con software de este tipo”, apuntó. Para Theoktisto, esta realidad revela la necesidad de que la región establezca normas comunes de protección digital y refuerce la seguridad de los dispositivos y sistemas de comunicación. La cumbre planteada por Colombia representa una oportunidad para que la región avance en la construcción de una defensa tecnológica coordinada, algo que Theoktisto considera urgente ante el creciente uso de sistemas de vigilancia masiva. “La tentación de usar estos sistemas para monitorear a disidentes es muy grande. La legislación debe proteger a la población y velar por un uso legítimo de esta tecnología, especialmente en una región donde los recursos para desarrollar tecnología propia son limitados”, afirmó.La urgencia de una legislación Para Theoktisto, el uso de Pegasus recuerda otros programas históricos de espionaje masivo como Echelon y Prism, empleados por potencias occidentales para monitorear comunicaciones globales. La situación es compleja: mientras que países como Estados Unidos o el Reino Unido cuentan con enormes presupuestos y desarrollos tecnológicos propios, naciones como Venezuela se ven limitadas a una posición de consumo tecnológico. La disparidad, asegura Theoktisto, “obliga a los países latinoamericanos a actuar con cautela y a desarrollar sus propias capacidades de ciberseguridad”.El experto señala que la falta de marcos regulatorios regionales en inteligencia artificial y vigilancia deja a los países latinoamericanos en una posición vulnerable. En esta línea, propone que se avance en la formulación de normativas específicas para regular el uso de la inteligencia artificial en el ámbito de la seguridad. “Estamos hablando de una tecnología avasallante que coloca en desventaja a los ciudadanos y, en muchos casos, a los mismos gobiernos”.Para el experto se necesita un equipo técnico que no solo domine la tecnología, sino que también tenga conocimiento en derechos humanos y relaciones sociales para establecer un marco que proteja a los ciudadanos sin comprometer la seguridad del Estado.“La inteligencia artificial es un tema muy, muy amplio, sobre todo porque es una tecnología que sigue emergiendo, que no está completa y que desafortunadamente a veces inventa cosas, lo que se llaman los procesos de alucinaciones de inteligencia artificial, porque la inteligencia artificial no crea nuevos datos, sino que simplemente explora el panorama", explicó.Por otro lado, las redes sociales se han convertido en un espacio donde Pegasus y otros sistemas de espionaje encuentran una mina de datos personales. Para Theoktisto, estas plataformas representan una herramienta poderosa de manipulación de opinión pública, especialmente cuando se combinan con algoritmos avanzados. “Vivimos en un mundo donde la información está fabricada para influirnos. Los ciudadanos, especialmente los jóvenes, son particularmente vulnerables ante el contenido emocional que no distingue entre lo verdadero y lo falso”, advirtió.Theoktisto enfatizó que la cumbre propuesta debe ser solo el primer paso hacia la soberanía tecnológica de América Latina. La cooperación entre Colombia, México y Venezuela, asegura, podría sentar las bases para una defensa digital más fuerte y colaborativa. Sin embargo, puntualizó que el desafío requiere no solo voluntad política, sino también el desarrollo de capacidades técnicas y legales propias para evitar que el espionaje masivo se convierta en un nuevo y silencioso mecanismo de desestabilización.
La investigación en curso por parte del Gobierno colombiano sobre el uso del 'software' espía Pegasus, adquirido presuntamente durante la Administración de Iván Duque, ha revelado un entramado de vigilancia contra líderes progresistas de la región.
La denuncia, respaldada públicamente por el presidente Nicolás Maduro, quien manifestó su solidaridad con Petro y su llamado a una región libre de espionaje, subraya la gravedad de las tecnologías de vigilancia que, según alertan ambos mandatarios, representan una amenaza directa a la soberanía y estabilidad de los países de América Latina.
“Estamos interesados y he dado instrucciones para que se coordine con los organismos de inteligencia de Colombia. Y así tener acceso a los resultados de las investigaciones que se están desarrollando", afirmó Maduro esta semana.
Desde Colombia, el senador del Partido de la U, Antonio Correa, durante una entrevista radial consideró necesaria una Cumbre de Seguridad “entre México, Colombia y Venezuela para determinar quién fue la persona y cuál fue la entidad que llevó los once millones de dólares para esa transacción financiera y en efectivo a Israel”, explicó.
En entrevista con Sputnik, Victor Theoktisto, doctor en computación y docente de la Universidad Simón Bolívar, ahondó en los peligros de Pegasus y en su alcance técnico, el cual considera “una amenaza sin precedentes para la privacidad y la soberanía”. Este software permite que dispositivos móviles sean intervenidos de manera subrepticia, sin necesidad de que el usuario realice acción alguna.
"Pegasus se infiltra en el teléfono sin conocimiento del usuario, aprovechando vulnerabilidades en iOS y Android. Prácticamente, nos deja desnudos ante quienes controlan estos sistemas”, explicó,
La implementación de Pegasus, que según NSO Group está destinada exclusivamente a agencias gubernamentales, ha sido objeto de controversias en varios países, que lo han utilizado para espiar tanto a figuras políticas como a ciudadanos críticos. En este contexto, Theoktisto subraya que el acceso masivo a redes sociales y aplicaciones de mensajería permite que el software extraiga conversaciones, llamadas, datos de ubicación y otros contenidos privados. “En este caso, la vigilancia masiva ni siquiera queda en manos de los propios gobiernos compradores”, advierte el experto. “Dada la conexión de NSO con diversas agencias de inteligencia, esos datos podrían terminar en bases de información occidentales”.
Para Theoktisto, esta realidad revela la necesidad de que la región establezca normas comunes de protección digital y refuerce la seguridad de los dispositivos y sistemas de comunicación.
“Es fundamental que los gobiernos adopten políticas de certificación y monitoreo de los dispositivos que ingresan en nuestros países. Esto puede ayudar a blindarnos frente a amenazas tecnológicas, aunque sigue siendo una batalla compleja para naciones que dependen de tecnología extranjera”, destacó.
La cumbre planteada por Colombia representa una oportunidad para que la región avance en la construcción de una defensa tecnológica coordinada, algo que Theoktisto considera urgente ante el creciente uso de sistemas de vigilancia masiva. “La tentación de usar estos sistemas para monitorear a disidentes es muy grande. La legislación debe proteger a la población y velar por un uso legítimo de esta tecnología, especialmente en una región donde los recursos para desarrollar tecnología propia son limitados”, afirmó.
Para Theoktisto, el uso de Pegasus recuerda otros programas históricos de espionaje masivo como Echelon y Prism, empleados por potencias occidentales para monitorear comunicaciones globales.
“La evolución de estos sistemas, sumada a las herramientas de inteligencia artificial, crea un escenario en el que los ciudadanos y algunos gobiernos quedan en desventaja”, subrayó, destacando cómo la inteligencia artificial ahora permite analizar grandes volúmenes de datos y vincular información sensible de múltiples fuentes.
La situación es compleja: mientras que países como Estados Unidos o el Reino Unido cuentan con enormes presupuestos y desarrollos tecnológicos propios, naciones como Venezuela se ven limitadas a una posición de consumo tecnológico. La disparidad, asegura Theoktisto, “obliga a los países latinoamericanos a actuar con cautela y a desarrollar sus propias capacidades de ciberseguridad”.
El experto señala que la falta de marcos regulatorios regionales en inteligencia artificial y vigilancia deja a los países latinoamericanos en una posición vulnerable. En esta línea, propone que se avance en la formulación de normativas específicas para regular el uso de la inteligencia artificial en el ámbito de la seguridad. “Estamos hablando de una tecnología avasallante que coloca en desventaja a los ciudadanos y, en muchos casos, a los mismos gobiernos”.
Para el experto se necesita un equipo técnico que no solo domine la tecnología, sino que también tenga conocimiento en derechos humanos y relaciones sociales para establecer un marco que proteja a los ciudadanos sin comprometer la seguridad del Estado.
“La inteligencia artificial es un tema muy, muy amplio, sobre todo porque es una tecnología que sigue emergiendo, que no está completa y que desafortunadamente a veces inventa cosas, lo que se llaman los procesos de alucinaciones de inteligencia artificial, porque la inteligencia artificial no crea nuevos datos, sino que simplemente explora el panorama", explicó.
"El peligro de usar la inteligencia artificial en labores de inteligencia valga la redundancia, es que te puede inventar cosas. Así, entonces, te puede inventar una conspiración donde no la hay, o te puede implicar a un ciudadano en un evento en el cual él no tiene participación", señaló.
Por otro lado, las redes sociales se han convertido en un espacio donde Pegasus y otros sistemas de espionaje encuentran una mina de datos personales. Para Theoktisto, estas plataformas representan una herramienta poderosa de manipulación de opinión pública, especialmente cuando se combinan con algoritmos avanzados. “Vivimos en un mundo donde la información está fabricada para influirnos. Los ciudadanos, especialmente los jóvenes, son particularmente vulnerables ante el contenido emocional que no distingue entre lo verdadero y lo falso”, advirtió.
Theoktisto enfatizó que la cumbre propuesta debe ser solo el primer paso hacia la soberanía tecnológica de América Latina. La cooperación entre Colombia, México y Venezuela, asegura, podría sentar las bases para una defensa digital más fuerte y colaborativa. Sin embargo, puntualizó que el desafío requiere no solo voluntad política, sino también el desarrollo de capacidades técnicas y legales propias para evitar que el espionaje masivo se convierta en un nuevo y silencioso mecanismo de desestabilización.
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